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'Lomitos': ¿Qué dice la psicología de los que tienen 'perrhijos'?

Expertos de la UNAM afirman que los perros entienden las emociones de sus propietarios, ¿pero está bien tratarlos como hijos?

Académicos de diferentes áreas aconsejan no tratar a los 'lomitos' como 'perrhijos'. Créditos: Especial
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En la actualidad, algunas parejas prefieren compartir la crianza de una mascota a la de una hija o hijo, e incluso ha surgido el término 'perrhijo' para designar a aquellos perros que son criados como si se tratara de un bebé, a lo que surge la pregunta, ¿está bien tratar a nuestras mascotas así y qué dice de las personas?

Raúl Valadez Azúa, académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que tratar a un perro como un ser humano puede ocasionar "trastornos psicológicos", debido a que este esquema es favorecido por el aislamiento personal, la inseguridad y la cibercomunicación.

El psicológo de la UNAM, Miguel Alcántara Hernández, afirma que la relación entre una persona y su perro sólo es dañina cuando afecta la esfera laboral, académica o  familiar. Existen razas de perros muy inteligentes y que entienden las emociones de sus propietarios, pero el "humanizar" a los perros sería un error aseguran académicos de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), perteneciente a la UNAM.

Los 'lomitos' pueden entender la voz de su dueño, según un estudio de la revista Science, pero tratarlos como una persona es contraproducente para su desarrollo: Moisés Heiblum, académico de la FMVZ, afirma que 'humanizarlos' crea periodos de ansiedad en el perro, lo que impide que se comporten como uno más de su especie y limita su bienestar. 

El experto afirmó que si una persona pasa mucho tiempo con su 'perrhijos' crean un apego emocional en la mascota; cuando el animal se queda solo, puede sufrir periodos de ansiedad y ataques de pánico, sensaciones que demuestra al orinar o defecar donde no le corresponde o destruir objetos.

Los animales se convierten en miembros fundamentales de la familia y se les integra a actividades propias de los humanos; esto es perjudicial para ambas partes, pues al pretender que se comporten como personas se deposita en ellos expectativas fuera de contexto, que coartan su adecuado desarrollo", declaró Moisés Heiblum.

De acuerdo con el experto, los perros no necesitan un festejo de cumpleaños o un disfraz, pues son "situaciones incómodas e incomprensibles para ellos". Declaró que este tipo de conductas se dan por la soledad que experimentan las personas y a causa de las falsas expectativas que depositan en un animal.

Eso sí, todo perro debe tener condiciones necesarias para garantizar su bienestar: comida, agua, un techo para resguardarse de la lluvia o el frío, ejercicio, estar libres de enfermedades y no ser maltratados, "sin ningún tipo de violencia o sometimiento se les debe instruir con tres o cuatro comandos", señaló.