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Sequía en México: Ganaderos se quedan sin agua y la carne será su 'víctima'

La falta de agua afecta tanto la disponibilidad de este líqudo como de comida para el ganado, lo que lleva a que no se alimenten de manera adecuada y haya un reflejo en la carne para consumo humano.

La falta puede derivar en falta de alimento para ganado y por lo tanto, menos carne.Créditos: Arte de Juan Carlos García
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La carne que llega hasta tu plato y consumes podría tener afectaciones en cuanto a calidad, cantidad y precio por factores que tienen que ver con condiciones del clima.

Entre estos impactos está por ejemplo el hecho de que la sequía en el noroeste y norte del México pueden afectar la calidad del producto que comemos e incrementar más su precio.

Esta región del país no es la más productiva a nivel nacional en cuanto a la generación de carne de res. Sólo en Veracruz y Jalisco, hacia el centro de México, producen casi 1 de cada 4 kilos en el país.

Mientras que los 5 estados más afectados por sequías en el norte del país, producen sólo el 15 por ciento del total de población ganadera del país.

Pero se trata de una de las regiones más importantes para la exportación de carne, principalmente a Estados Unidos. Por ello, estos fenómenos podrían impactar directamente tanto en los envíos a otros países como su distribución en México.

¿Qué pueden causar estas afectaciones?, y sobre todo, ¿cambiará la ganadería como la conocemos hoy en día?

El origen de la ganadería en México y el mercado de consumo de carne

Para entender la ganadería como la conocemos hoy en día, tenemos que recordar que esta actividad tiene sus orígenes con la época de la colonización hacia el siglo XVI, pues previamente era diferente.

Los españoles trajeron reses o caballos, cuando antes se criaban por ejemplo guajolotes o xoloitzcuintles según refieren datos del propio gobierno mexicano.

En el norte de México hay un factor que ha favorecido el desarrollo de esta actividad: la cercanía y exportación de ganado hacia Estados Unidos.

Así llegamos a un punto en el que se estimó que en México para 2018 se destinaban alrededor de 109.8 millones de hectáreas a esta actividad del sector primario, un 56 por ciento del total de la superficie ocupada para la ganadería en el país.

La sequía en el norte de México

Para la primera quincena de junio de este año, los 5 estados más afectados por la sequía en México fueron Baja California Sur, Baja California, Sonora, Chihuahua y Coahuila; estos 2 últimos fueron los únicos que presentaron un grado excepcional, según se presentó en el Monitor de Sequía en México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Los 5 pertenecen al noroeste y norte del país, región asociada por la preparación del ganado para enviar carne hacia Estados Unidos.

Para darnos una idea del impacto, podemos mencionar que del total de cabezas de ganado que se exportaron a Estados Unidos en el primer trimestre del 2022, Sonora y Chihuahua aportaron el 65 por ciento, según información del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

Nuevo León es otro de los estados en el norte que también ha sufrido por sequías, pese a que no aparece en el listado de los 5 estados más afectados. Esta entidad exporta el 3 por ciento del total de cabezas de ganado que llegan a EU.

“Cuando pensamos en sequías, en realidad estamos pensando en el norte y lo que ha pasado ahí es que tienes una sequía de más de 20 años, empezó en 2000 empujada claramente por el cambio climático”, señaló Guillermo Murray-Tortarolo, investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad en la UNAM, campus Morelia.

A ello, explicó el investigador, hay que sumar que en los 3 últimos años hemos tenido los efectos de La Niña, una variación natural del clima que en términos prácticos es como si moviera la humedad de un lugar de la atmósfera a otro.

En México el efecto se refleja como escasez de agua en el norte y en contraparte inundaciones en el sur. “Es una sequía muy larga, empujada por condiciones aún más extremas causadas por La Niña”, dijo Murray-Tortarolo.

De acuerdo con una investigación que realizó el académico, en 2011 hubo un episodio de sequía que afectó el norte y centro del país que derivó en la pérdida de más de un millón de cabezas de ganado en el país.

D0 Anormalmente seco, D1 Sequía moderada, D2 Severa, D3 Extrema, D4 sequía excepcional. Imagen de Conagua.

Hablamos que si una res se vendió en aproximadamente 20 mil pesos, fueron al menos 20 mil millones de pesos en pérdidas económicas.

El impacto en la ganadería y la producción de carne 

Cuando hay sequías ocurren dos factores en particular: no se tiene el suficiente forraje o pasto para alimentar las cabezas de ganado, o este se seca y no tiene la suficiente calidad nutrimental para los animales, explicó el investigador. Esto hace que pierdan grasa y peso, por lo que la carne obtenida de ellas se considera de menor calidad o se obtiene menos cantidad.

A ello por supuesto se suma la falta de agua para que tomen, ya que necesitan aproximadamente 40 litros de agua al día cada una. También para la cadena de producción de la carne de res se necesita este líquido, como en el riego de pasto.

“Hay ganaderos que tienen la posibilidad de extraer agua del subsuelo, pero muchos otros no. Lo que se ha observado en México es que se mueren las vacas en campo y es carne que se pierde y no se va a ningún lado”, detalló.

En Chihuahua, el segundo estado que más exporta carne a EU  y el cuarto mayor productor de población de ganado, la Unión Ganadera Regional del estado (UGRCH) explicó a Grupo Fórmula que han notado lugares donde la lluvia se ha “atrasado” respecto a lo que tenían estimado.

Añadió además que hay lugares donde ven más sequías como en los municipios de Jiménez y Camargo, al sureste del estado.

Ante la falta de agua y pastura, hay quienes eligen entre el ganado que puede tener crías para seguir con la actividad y lo demás lo venden o llevan a subastar en otras regiones del estado, como en la capital, para tratar de recuperar dinero.

“El ganadero tiene que decidir a sacar el ganado improductivo de su rancho, y quedarse con lo productivo. Ese sacar aunque le da dinero, después le cuesta reponer lo que tenía”, indicó Alfredo Attolini, coordinador general de la UGRCH.

Esto ocurre mientras el consumo de carne sigue en aumento en México, pues la población crece.

Por ejemplo, para 2012 se estimaron casi 27 millones de cabezas de ganado bovino en México, mientras que para 2019 había 34 millones, un aumento de aproximadamente 7 millones en siete años, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En tanto que la población pasó de 112 millones de habitantes en el censo del 2010 a 126 millones de mexicanos y mexicanas para 2020, diferencia de 14 millones en una década de acuerdo con datos también del Inegi.

Por ello, el acceso al consumo de la carne puede llevarnos a un escenario donde esta se encarece o la producción de esta proteína se da con una menor calidad o cantidad, debido al menor peso y grasa del ganado.

El futuro de la ganadería en México

Hablando de condiciones climáticas, hay 2 posibles escenarios que podrían presentarse.

Por una parte, las sequías y las altas temperaturas pueden llevar a las vacas y terneros a una condición de estrés por condiciones de calor a las que no están acostumbradas y que puede afectar su salud, incluso impacta por ejemplo en la producción de leche que tienen.

Por otra parte, está la cuestión de las enfermedades, pues por la época de calor pueden propagarse a través de mosquitos, o de parásitos y virus, sumado a que inundaciones y lluvias en el sur del país que pueden debilitar su sistema inmune.

Otro fenómeno que ocurre es que hay personas del centro del país como en Querétaro que toman los bajos precios para desarrollar la actividad, por lo que hablamos de una dinámica distinta a lo tradicional para la producción de carne. “Lo que hacen ganaderos del centro es comprar barato y las ‘engordan’ rápido”, contó el investigador de la UNAM.

Para Guillermo Murray-Tortarolo, los riesgos que se presentan para la ganadería no son exclusivos de México, pues hay otras regiones del mundo donde sus sistemas de producción de carne también son sensibles al clima.

Por ello, mientras el consumo de carne siga en aumento y los sistemas de producción así como las condiciones climáticas persistan presionadas por el cambio climático, como la sequía, podremos seguir viendo cómo continúan estos riesgos para la ganadería en México y otro países.