Hugo López-Gatell debe ser el único mexicano -y el único ser humano- que debe extrañar el 2020.
Mientras que para todas las y los habitantes de este país y, dicho de paso, del mundo entero, ha sido, ese, uno de los años más fatídicos en la historia de sus vidas y en la historia reciente de la humanidad, para el subsecretario de Salud esos fueron sus días de gloria.
El zar del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en contra de la pandemia de COVID-19 se convirtió en un auténtica estrella de rock. Olvídense de Susana Distancia, del oso Pandemio, de Covidio y de Armando Vacuno: el verdadero rostro de la contingencia sanitaria fue el de López-Gatell.
Al funcionario, quien también tuvo un puesto directivo durante el brote del virus H1N1 en 2009, apareció en revistas del corazón. Protagonizó las primeras planas de todos los periódicos. Sus conferencias vespertinas rivalizaban con las mañaneras del presidente. Surgieron clubs de fans en Facebook e Instagram. E incluso ya era visto como uno de los presidenciables para el 2024.
Dos años después, la credibilidad de López-Gatell se encuentra menguando: con más de 300 mil muertos por el virus SARS-CoV-2, lejos quedaron los días en los que consideró que, en el escenario más catastrófico para el país, habría 60 mil decesos a causa de la enfermedad. Sus conferencias vespertinas ya son sólo un recuerdo, un eco de un prometedor futuro político que ahora se ha convertido en un oscuro sendero.
El subsecretario de Salud ya está en la mira de la justicia.
Ayer, un Juez de Control Federal señaló que la Fiscalía General de la República (FGR) debe investigar a López-Gatell por incumplir con sus funciones y por incurrir en negligencia en el manejo de la epidemia, en concreto, por la muerte de dos personas: Felipe del Carmen Jiménez Pérez y Eber Álvarez Zavala.
Debido a esta determinación, la FGR, que se había abstenido de proceder en contra de él, ahora debe cumplir con su obligación e investigar por estos de negligencia al funcionario de la Secretaría de Salud, quien es acusado de homicidio por omisión.
López-Gatell pasó de ser el consentido de AMLO... a emprender un descenso que puede tener consecuencias penales.
El doctor tiene una cita con la justicia.