Los chupetones siempre son tema de debate en las conversaciones, pues hay quienes están a favor y otros que están en contra, pues han afirmado que este tipo de ‘muestras de amor’ puede causar la muerte de una persona, pero ¿esto es verdad?
Primero debes saber que la sugilación, mejor conocida como chupetón, es un tipo de hematoma llamado equimosis que surge debido a una fuerte succión realizada con la boca sobre alguna parte del cuerpo.
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¿Los chupetones pueden causar la muerte?
Aunque parezca una práctica bastante inocente, la realidad es otra, y es que los chupetones pueden ocasionar graves problemas de salud e incluso llevar a que alguien pierda la vida.
Sin embargo, sólo se ha conocido un caso en México sobre un joven de 17 años que falleció a las pocas horas de haber recibido un chupetón en el cuello.
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De acuerdo con el reporte médico, el chico perdió la vida debido a un coágulo de sangre que se le formó a raíz de la succión, éste a su vez, se trasladó hasta su cerebro, lo que derivó en una embolia.
Tras el encuentro con su novia, el joven cenó con su familia y al cabo de unos minutos empezó a convulsionar, pese a la pronta llegada de los servicios de emergencia, los paramédicos no pudieron hacer nada por él y sólo confirmaron su fallecimiento.
Según ha informado Charles Abrams, presidente de la Sociedad Estadounidense de Hematología, la posibilidad de este tipo de accidentes es muy remota, ya que la formación de coágulos en venas o arterias se suelen formar cuando el flujo sanguíneo es lento, algo que difícilmente ocurrirá tras un chupetón.
Lo que posiblemente ocurrió con el joven de 17 años es que su novia aplicó demasiada presión sobre una de las arterias carótidas, que son los vasos sanguíneos que tenemos en los laterales del cuello y son los encargados de llevar sangre a gran parte del cerebro.
Dichas arterias se ubican en la parte exterior del cuello, por lo que al estar tan expuestas, son más vulnerables a posibles traumatismos. De esta forma, si se aplica la suficiente fuerza sobre la carótida se podrían producir desgarros en las paredes de la arteria o lesiones de otro tipo que podrían derivar en la formación de coágulos.
A su vez, si lo coágulos de sangre se forman de un tamaño considerable, podrían obstruir el vaso sanguíneo e impedir el flujo sanguíneo hacia el cerebro.