Cultura

CULTURA

“Todo Pueblo es cicatriz”: Hiram muestra el reflejo de la violencia que vive la sociedad en México

La historia muestra un gran análisis de la violencia que se vive en el país.

Hiram Ruvalcaba muestra la violencia en México con esta novela.Créditos: Penguin Random House
Escrito en CULTURA el

La violencia es uno de los temas que se remarca en el país y esto es un reflejo que hacen varios autores contemporáneos al país, el cual buscan mostrar los diferentes ángulos y perspectivas que hay.

Como es el caso de “Todo Pueblo es cicatriz” (Random House) escrito por Hiram Ruvalcaba, un escritor que como diría Julian Herbert “posee una destreza implacable para fraguar tramas inquietantes”.

Historia de crimen

Desde el siglo pasado, la violencia arrebató muchas vidas, pero Hiram mantuvo contacto con sangre y muerte desde su infancia.

A partir de esta historia se cuenta cómo es que tres muertes cercanas a él logran sembrar la violencia en su mente y mostrar un México cuyo futuro sería de desapariciones y asesinatos.

Sí, el personaje de este libro es el mismo que del autor, pues esta novela se basa en la autoficción que el lector puede cuestionar si en realidad fue parte de la vida del autor o si solo es un cruel escenario de lo que hay en el día del país.

Las cicatrices de Hiram

El posicionamiento de esta novela es un tanto estético y ético, pues el crimen es algo que sucede en varias partes de México, pero el autor lo refleja en el sur de Jalisco que es el “crecimiento estructurado y sistemático de la violencia”, comentó Hiram en entrevista con Radio Fórmula.

Incluso, se hace un recuento de los crímenes que tuvieron auge en los años noventa y que fueron muy sonados, en una época donde no se hablaba de feminicidios “que se hablaba de crimen pasional y de un asesino en serie que hubo en Jalisco”.

Con la novela crea un mapa de la situación violenta, pero no nada más del crimen organizado sino también “de la violencia en las vidas cotidianas”.

“El adulterio, gaslighting, golpes en los hogares a los hijos, padres, hermanos, mujeres y como esto construye nuestra comunidad o la destruye y construye, pero con una estética bastante grotesca y ´todo pueblo es cicatriz´ es eso”.

A pesar de que es una novela de autoficción, hay algunos elementos que sí son reales; cosas que vio en casa, escuchó o que le contaron familiares. Sobre todo el personaje de Hiram, que siempre ve la violencia tanto así que tiene un cambio “porque al escritor Hiram también lo ha permeado la violencia”.

Ante su carrera observó no nada más información, fueron una cantidad de muertes y verdades de la vida diaria que eso lo llevó a tener una violencia estructural.

“Presentar a un Hiram vulnerable, violento, que forma parte de esta estructura fue un reto. No vayan a pensar que yo voy a los cerros a golpear personas. En la novela se sugiere, pero no va”, menciona.

Pero una cosa que también señala y hace referencia es a darle voz a los asesinos, el cual hace la pregunta ¿por qué?

“En el caso de los seres humanos es importante y válida, ¿por qué un padre de familia aparentemente normal un día decide asesinar a golpes, cuchilladas, balazos, a la madre de sus hijos, a otro ser humano?, ¿por qué matar a la pareja, a los hijos, hermanos?”

“Qué cambio se ha ido operando porque yo no defiendo esta idea de que alguien se vuelva loco y con ira hace las cosas. Es un proceso que puede ocurrir durante meses o años hasta que estalla”, confiesa.

Esto lo menciona porque hay un capítulo de un señor que mata a su mujer a golpes que inicia con una pregunta ¿cuándo empieza un homicidio? “es un proceso en el que no se da cuenta probablemente”.

Ruvalcaba no hace referencia que en todos los casos sean igual, pero cuando un ciudadano comete un homicidio es válido preguntarse “¿qué circunstancias sociales le hicieron creer, a este sujeto, que puede cometer este acto o tiene derecho a cometer este acto?”.

Esto se cuestionó porque hay homicidas que “se sienten con derecho sobre las mujeres o a la sociedad que mata, ¿qué elementos de la sociedad les permite a ellos actuar?”

Hiram ha identificado diferentes formas de violencia en la sociedad como: la impunidad, abandono paterno y el patriarcado son alguno de ellos.

“No es que los asesinos o los feminicidas sean manzanas podridas que se pudrieron sin razón, es que hay un sistema que permite que estas cosas sigan ocurriendo y señalarlo y reflexionar al respecto, me parece, desde estas muertes de la novela, es una oportunidad de ver ¿qué chingados hacemos para que deje de pasar?”

El libro de Hiram Ruvalcaba no nada más posiciona la realidad de un solo lugar, atraviesa estados, pero a su vez también el pensamiento que hay con respecto a la violencia que todavía se observa hoy en día.

“Hay una importante postura estética de los autores contemporáneos de hablar sobre el narco. Yo no estoy en contra de que se siga produciendo literatura del Narco, hay mucha gente que dice: ´Ya chole con ese tipo de tema´, pues ya chole con que siga habiendo un chingo de narcos, con que sales a la pinche calle a las tres de la mañana y te pare un cabrón a preguntarte de dónde vienes; ya chole de los soldados con tenis. Eso sí ya chole”.

“Pero el arte debe tener un compromiso con su realidad y está cabrona, lo digo porque no estoy en contra de que personas como Peso Pluma estén pegando, son fenómenos que responden a una realidad contemporánea”, finaliza.