Veracruz fue una ciudad amurallada para proteger a la población de los ataques de piratas y para proteger la mercancía que llegaba de Europa y la que salía de La Nueva España (México). Las primeras fortificaciones que se construyen en Veracruz son en 1635 y se trató del baluarte de Santiago y el baluarte de La Caleta que estaban en la playa.
Al poco tiempo fue edificado un murete con una altura de un metro con sesenta centímetros con piedra múcara y de ahí hacia arriba una estacada doble de madera. El proceso de la construcción de la muralla tardo más de 150 años.
En 1791 la muralla quedó terminada y no duró ni cien años, el 14 de julio de 1780 comenzó su derribo. La protección delimitaba un espacio de 65 a 66 manzanas con mil ciento seis casas en el interior.
Tenía para su acceso y salidas cuatro puertas principales, la puerta de mar, la puerta México, la puerta Acuña o puerta nueva y la puerta de la merced. Finalmente, la longitud de la muralla era poco más de dos kilómetros y de alto cuatro varas castellanas; tres metros y medio aproximadamente, de grosor tenía una vara castellana, es decir, ochenta y tres centímetros.
Te podría interesar
El director del museo de la ciudad de Veracruz e investigador Ricardo Cañas describe como era la muralla al interior.
” Tenía por la parte interior de la misma una calzada donde el soldado podía caminar por ahí y en toda la longitud de la muralla había troneras o aspilleras, una especie de ventanas más abiertas al interior y cerradas al exterior, donde el soldado podía sacar su arma y disparar en caso de un ataque a la ciudad.”
Las murallas son para derribarse
Al paso del tiempo la muralla se convirtió en un problema por la expansión demográfica. La barrera era ya un tema de rechazo por parte de la población entre 1877 y 1879. La gente decía que representaba el viejo colonialismo, es decir no la querían.
Los habitantes de la zona habían construido casas que formaban los barrios extramuros como; las californias, el mondonguero, el caballo muerto, el cristo, el nuevo mundo y la huaca.
La existencia de dos poblaciones la del interior y exterior se había convertido en un problema. Al llegar al poder el alcalde Domingo Buró, hace las gestiones ante el gobierno federal para iniciar el derribo.
El tema detonante fue la muerte de una niña atropellada por una carreta que salía de la puerta de La Merced.
Entonces fe ensanchada dicha puerta y luego la idea del derribo total, creció.
“Meses más tarde una comitiva municipal encabezada por Don Domingo Buró, Salvador Carrao, José González Pajes y Francisco Canal acude a la ciudad de México para entrevistarse con Porfirio Díaz y pedirle permiso del derribe definitivo”
Entre varios, otro de los argumentos expuestos era que el muro impedía la circulación del aire y por ello había muchas enfermedades. El entonces presidente de México Porfirio Díaz, autorizado el derribamiento del lienzo lado mar y sus siete pequeños baluartes que eran El de San Juan, San Mateo, San Javier, Santa Gertrudis, Santa Bárbara, San Fernando y San José.
“El 14 de julio de 1780 a las cuatro de la tarde el alcalde Domingo Buró parte del palacio municipal acompañado de la banda municipal, de los regidores y empleados municipales y un número muy importante de ciudadanos, se va a derribar la muralla por fin.”
Ahí ocurre el primer barretazo para la demolición, luego a los trabajos las autoridades sumaron a los presos de San Juan de Ulúa.
Posteriormente, son convocados los habitantes de los barrios extramuros para el derribe, con la promesa de que todo el material que saliera de la muralla, lo podrían utilizar para construir sus casas que en un principio eran de madera. Muchas viviendas antiguas de la zona donde pasaba la muralla están construidas con el material reciclado y también fueron levantadas tres escuelas.
Actualmente de la muralla sólo se conocen algunos fragmentos que están ocultos en algunas viviendas o en el peor de los casos enterrados. Algunos vestigios han sido descubiertos con trabajos de excavación en la ciudad, uno de ellos en la avenida cinco de mayo y el otro a un costado de la calle Landero y Coss en la nueva plaza heroísmo veracruzano.
La muralla en estos tiempos modernos representaría un atractivo importante en materia turística y antropológica.
Los investigadores e historiadores afirman que las partes localizadas deben ser tratadas para que queden expuestas y admiradas por los veracruzanos y visitantes.