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¿La Tierra tiene tres lunas? Hallan asteroide “troyano” de 1 km que nos sigue; ya son dos

El cuerpo celeste fue bautizado como 2020 XL5 y fue confirmado por un grupo de astrónomos tras una década de búsqueda.

Asteroide troyano acompañará a la Tierra por 4 mil años Créditos: Pixabay
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Un grupo internacional de astrónomos de la Universidad de Alicante (UA) y del Instituto de ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB) confirmó la existencia de un segundo asteroide troyano que sigue la órbita de la Tierra.

El cuerpo celeste fue bautizado como 2020 XL5 y fue confirmado tras una década de búsqueda, mismo que tiene poco más de un kilómetro de diámetro, y orbita alrededor del punto de Lagrange L4.

De acuerdo con el informe publicado en la revista Nature Communications, el asteroide troyano se mantendrá en su órbita actual por lo menos 4 mil años, antes que las oscilaciones en su movimiento alcancen el grado que lo expulsará de la órbita terrestre hacia otras zonas del espacio.

"En el caso del objeto descubierto estará orbitando alrededor de ese punto durante al menos 4 mil años, que, para el ser humano, es una eternidad, pero a escala de los modelos de formación del sistema solar es un periodo corto. Estos objetos son muy importantes para poder entender mejor de qué modo el sistema solar se formó o no se formó, es decir, pueden poner limitaciones a nuestros modelos de formación del sistema solar y de la Tierra en particular", explicó el investigador Toni Santana-Ros, de la UA.

Aunque desde hace décadas se conocen asteroides troyanos en otros planetas como Venus, Marte, Júpiter, Urano y Neptuno, no fue hasta 2011 cuando se encontró el primer asteroide troyano terrestre.

El primer asteroide troyano detectado es el 2010 TK7, el cual, mide 300 metros de diámetro y permanecerá en la órbita terrestre durante los próximos 15 mil años.

Según explicó Santana-Ros los troyanos podrían convertirse en candidatos ideales para futuras exploraciones avanzadas del sistema solar, o incluso, en una fuente de recursos.

Dado que L4 y L5 comparten la misma órbita que la Tierra, es necesario un bajo cambio de velocidad (delta-v) para ser alcanzados. Esto implica que una nave espacial precisaría un presupuesto de energía muy bajo para sobrevolar estos puntos o para poder permanecer en ellos.

"El problema del cuerpo que hemos descubierto es que tiene una órbita inclinada respecto al plano de la Tierra, lo que hace que sea bastante más caro llegar a él, por lo que no lo hace un buen candidato para ser visitado", agregó el investigador.

Con información de EFE