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JUEGOS OLÍMPICOS

¿Quién fue Helen Mayer? La esgrimista judía que ganó medalla en las olimpiadas nazis de Hitler

Quizá la historia hubiera sido diferente si Helen no participaba en Berlín 1936.

Helen Meyer gabó una medalla en la Alemania Nazi.Logró la plata en esgrimaCréditos: Especial
Escrito en PARÍS 2024 el

La gente muere y es entonces cuando la Historia tiene un deber por cumplir: no hacernos olvidar. Helen Mayer fue una esgrimista que, sin saber, 'ayudó' a la Alemania nazi de Adolf Hitler cuando alcanzó la gloría en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936: le enseñó al mundo que una persona judía podía ganar una medalla ante los ojos del Führer.

¿Qué pasó en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936?

El deporte, por más que quiera, jamás ha podido deslindarse totalmente de la política. En 1931, el Comité Olímpico Internacional nombró a Berlín como la ciudad encargada de organizar los Juegos Olímpicos de 1936; ello suponía el regreso alemán a las grandes competiciones deportivas tras la Primera Guerra Mundial.

Dos años más tarde, el 30 de enero de 1933, Hitler llegaba al poder luego de que el presidente alemán luego de que Paul von Hindenburg lo nombrara canciller. En ese momento Adolf era el líder del partido Nazi y es importante subrayar que su ascenso político no fue por elección directa, ni por un golpe de estado, según recoge la Enciclopedia del Holocausto.

En aquel año, constitución democrática de Alemania todavía estaba en vigor y no fue sino hasta la muerte del presidente Hidenburg en agosto de 1934 que Hitler se proclamó Führer (líder) de Alemania y entonces sí, dictador de aquella nación.

“Los nazis eran radicalmente de derecha, antisemitas, anticomunistas y antidemocráticos”, señala la fuente ya citada. Cuando llegaron al poder, instauraron una política de segregación racial en los deportes, así que la comunidad judía fue expulsada de clubes, federaciones deportes y no podían entrar a instalaciones deportivas.

Estados Unidos, al saber esto, anunció que lo mejor sería quitarle la organización olímpica a Alemania y ya se habían unido otras naciones como, Francia, Gran Bretaña o Canadá. Es más, se prepararon unos Juegos Alternativos en Barcelona, pero que jamás se celebraron, así que la nación de Hitler tuvo que reaccionar.

El portavoz de la delegación alemana informó que claro que había judíos preseleccionados, de hecho, había 21. Algunos, como la saltadora Gretel Bergmann fue dada de baja por “poco rendimiento” cuando realizó un salto de 1.60 metros… marca que luego fue el oro en los Juegos Olímpicos.

Así que tras este pequeño contexto entra Helene Mayer, la única deportista de origen judío a la que se le permitió participar en la delegación de la Alemania nazi de Hitler.

¿Qué pasó con Helen Mayer?

De acuerdo con la Enciclopedia del Holocausto, los Juegos Olímpicos en Berlín fueron “propaganda nazi”: promovían la imagen de una Alemanía fuerte, unida cuando en realidad habían enmascarado lo ataques en contra de los judíos.

En las dos semanas de agosto del 36 en las que se llevaron a cabo las olimpiadas, se ocultó el racismo con el retiro temporal de letreros antisemitas y tras la oleada de visitantes extranjeros, ninguno de ellos sabía, por ejemplo, de una redada policial de romaníes en Berlín ordenada por el Ministro del Interior alemán.

Sobre las razones por las que Helen Mayer fue la única atleta de origen judío a la que permitieron competir, nadie tiene certeza. Nació el 20 de diciembre de 1910 que compitió en la esgrima con especialización en el florete. Participó además en tres ediciones olímpicas entre 1928 y 1936.

Con sólo 17 años logró el oro en los Juegos de Ámsterdam 1928. Sin embargo en Los Angeles 1932 quedó en quinto lugar y decidió mantenerse en los Estados Unidos para mejorar tras obtener una beca de la Universidad del Sur de California.

Mayer obtuvo la nacionalidad estadounidense al tiempo en que Alemania le retiraba su ciudadanía y la licencia federativa. Cuando las olimpiadas llegaron, los nazis le ofrecieron devolverle sus papeles si es que participaba. Se mostró renuente en un inicio, porque sabía bien lo que pasaba con la comunidad judía, y finalmente aceptó.

De madre cristiana, quizá en Alemania pensaban que no habría mayor problema. Además, contaba con los rasgos físicos que exigía el nazismo: medía un metro con 80 centímetros, era rubia y de ojos verdes. Mayer quiso el oro, pero se tuvo que conformar con la plata.

Perdió la final ante la húngara Ilona Elek y celebró su medalla bajó la bandera alemana con la esvástica y con el brazo levantado, como el nazismo exigía; sin embargo, Alemania que se llevó el primer lugar en el medallero, la excluyó de toda celebración y luego le volvieron a quitar su ciudadanía.

Mayer supo en Estados Unidos que uno de sus tíos judío murió en un campo de concentración. No regresó a Alemania hasta 1950 con 6 campeonatos nacionales y uno del mundo en la espalda, pero con la bandera de los Estados Unidos.

Se casó con un amigo de la infancia, pero el 15 de octubre de 1953 sucumbió ante un fuerte cáncer de mama. Nadie sabe qué habría pasado si Helen Mayer no hubiera participado en aquellos Juegos. Quizá la Historia sería diferente.

Alemania se alzó como el campeón de las olimpiadas nazis y el mundo reconocía que la “humanidad” estaba de vuelta con un pueblo "hospitalario" y "pacífico". Tres años más tarde, Hitler invadió Polonia para llevar a cabo sus políticas expansionistas y su persecución judía que culminó en el Holocausto.