La Selección Mexicana sufrió una dolorosa derrota ante su similar de Venezuela en su segundo partido de Copa América; era un partido importante para las aspiraciones del equipo nacional dentro de la competencia, si se pretendía calificar a la ronda de cuartos de final sin complicaciones, estas llegaron en avalancha ante la derrota y el resultado del partido que jugaron Ecuador y Jamaica, en el que el conjunto sudamericano venció al caribeño por un marcador de 3-1. Con estos resultados Venezuela se coloca en la cima del Grupo B con seis unidades, mientras que Ecuador y México cuentan con tres, el último partido de la fase de grupos les enfrenta el próximo domingo con un solo equipo obligado a ganar: el mexicano; Ecuador, con un empate accede a la siguiente ronda por su diferencia de goles a favor. El panorama luce complicado para el Tri, que no encuentra soluciones inmediatas para resolver un problema que tomó mucho tiempo para llegar al punto en el que se encuentra el fútbol mexicano.
La crisis de resultados por la que atraviesa nuestro balompié no es obra de la casualidad, es consecuencia de la pobre competencia que existe en la propia liga mexicana; en la Primera División, la mayoría de los equipos se encuentran en una posición muy cómoda cuando no existe el descenso a la división inferior, el sistema para elegir campeón también otorga un colchón acogedor a abrir la posibilidad, a veces hasta doce equipos, de poder llegar a la liguilla; los cuartos de final son un premio muy grande para la temporada de cualquier equipo que califica por debajo del octavo lugar, siendo generosos. Este discurso, el de mencionar las razones por las que la liga mexicana ha dejado de sostener a una selección competitiva, pareciera un tema muy discutido, demasiado expuesto en el entorno del fútbol mexicano, pero, aunque se podrían hacer interminables debates al respecto, el mensaje no llega a los directivos del fútbol mexicano, que hacen oídos sordos ante las distintas críticas, aún sean constructivas, y que continúan anteponiendo intereses distintos a los deportivos.
Puntualmente, la Selección Mexicana no tuvo un completo mal encuentro ante Venezuela; durante el primer tiempo controló el partido con la posesión del balón, sin prestarlo al rival, pareció que en cualquier momento podría dar el primer puntillazo para debilitar a Venezuela, pero México no tuvo la profundidad, ni la generación de opciones en el último tercio de cancha que pudiera abrir el marcador. Solo un pase cruzado hacia Giménez, con un gran control, pero pésima definición del jugador de Feeyonord fue la más cercana aproximación del equipo tricolor, en contraste, la más clara y cercana, de la primera mitad, la tuvo Salomón rondón con un disparo cruzado que pegó en el poste izquierdo de la portería defendida por Julio González. En el segundo tiempo, como le paso ante Jamaica, la Selección Mexicana regresó a la cancha fuera de concentración; desde el banquillo venezolano una sola modificación al parado, cambió la dirección del partido, la entrada de Cásseres le dio fuerza al mediocampo de la vino tinto y la generación de juego mexicana se vio aún más afectada sin la posesión de la pelota. Un penal sin sentido cometido por Quiñones abrió la oportunidad para que Venezuela moviera primero el marcador.
México reaccionó tarde, lo mismo le pasó en el primer encuentro ante el gol anulado de Jamaica; a partir de verse abajo en el marcador, vino cierto impulso para revertir la situación, incluso desde la banca, los cambios no tardaron mucho en llegar, esperando que el jugador fresco tuviera un momento de mayor lucidez que el sustituido, pero sin cambiar un ápice el parado táctico es difícil cuando el rival está mejor parado en la cancha. Los últimos 15 minutos de juego, la Selección Mexicana fue un vendaval ante la venezolana, que renunció al ataque a partir de su solitario gol, hasta que legó una clara oportunidad a través del cobro de un penal; sin un cobrador oficial, Pineda tomó el balón, pero ejecutó un tiro desde los once pasos sin seguridad, débil y mal colocado que el portero venezolano alcanzó sin mucho problema. La falta de gol, incluso con la oportunidad de convertir un penal, es un problema grave para la actual selección.
En la Selección Mexicana se está intentado un cambio generacional, a pesar de que la mayoría de los convocados no son ningunos jovencitos; pareciera que se intenta borrar de un solo golpe el proceso anterior, dejando a un lado a cualquier jugador que pudiese recordar tiempos pasados. Sin embargo, y para compromisos para la Copa América, se hace muy evidente la necesidad de elementos que puedan arropar con experiencia a los nuevos seleccionados; sin duda se extrañan jugadores como Lozano o Martín que, además de calidad, aportaban personalidad y liderazgo, cuando se nota un vacío de un líder en la cancha, sobre todo a partir de la lesión de Álvarez.
Molesta, y mucho, ver perder a México, sabiendo que la responsabilidad la tienen personajes de pantalón largo que toman decisiones en detrimento del deporte y la competencia. Venezuela, hace cinco años no figuraba como una selección competitiva en CONMEBOL; hoy, ante la posibilidad que tienen sus jugadores de participar en otras ligas, han logrado un equipo que, de momento, se encuentra en el cuarto lugar. La liga mexicana consiente demasiado a sus futbolistas, son estrellas aun con poco kilometraje, y no despierta la ambición de buscar otros horizontes, porque esto muchas veces significa menos ingresos económicos, tanto para el jugador y, sobre todo, para su club.