El PRI y el PAN tienen un gran enemigo: y no, no es Claudia Sheinbaum, puntera y favorita en las encuestas presidenciales.
Los ‘muchachos’ de ‘Alito’ Moreno y Marko Cortés andan más enfocados en atacar a Samuel García que en hacer campaña para sus respectivos partidos en el 2024. Parece que su principal preocupación es naranja y no guinda.
¿Pues a qué le tienen miedo?
Parece un capítulo de la Dimensión Desconocida, el absurdo total, pero es la realidad.
En vez de tratar de ganar la elección federal del siguiente año parecen más enfocados en mantener sus posiciones y cargos en el 2024. El hueso antes que la convicción.
Parece que los comicios ya los daban por perdidos y se sentían cómodos con un segundo lugar. Curules y escaños en San Lázaro y el Senado bien calculados y garantizados.
La irrupción de Samuel, que en una semana de precampaña ya metió varios calambres, parece ser que causó un severo temor a la alianza opositora comandada por ‘Alito’ Moreno y Marko Cortés.
La idea de que el siguiente sexenio iba a ser desde el asiento de una cómoda oposición pagada con millones del presupuesto del INE, ahora ha dado un giro de 180 grados.
Los partidos de la llamada ‘vieja política’, es decir, PRI y el PAN, andan más angustiados por Samuel, que los anda rebasando, que por Morena, que les saca varias millas de distancia en las encuestas.
Prueba de ellos es la embestida en el Congreso de Nuevo León, donde han tratado de causar una crisis política al buscar poner a un gobernador interino a modo sin importar que se vulnere la voluntad popular impuesta en las urnas en 2021.
Pues entonces… ¿a qué juegan? A que en las encuestas todo se mantenga igual mientras no les afecte el negocio.
O eso parece.