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Barbarie en la Tarahumara: asesinato de jesuitas sacude al mundo

La 4T está más enfocada en la frivolidad de la sucesión presidencial que en atender los problemas del país, mientras que la oposición, sacando a relucir sus prejuicios medievales, prefiere pelearse con una película infantil.

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A veces es tan divertido hablar de 'corcholatas', tanto del partido en el poder como de la oposición, que se nos olvida la terrible realidad que azota al país: una de sangre y barbarie.

Tienen que suceder tragedias como la de ayer, donde dos jesuitas fueron asesinados por defender una vida en Chihuahua, para que nos demos cuenta de la frivolidad de nuestra clase política, más preocupada en cuestiones epidérmicas que de profundidad.

Más preocupados por su imagen, que por solucionar la tragedia nacional.

Y eso va tanto para los morenistas como los opositores, que tienen los ojos puestos en el 2024, dejando de lado un presente que no tiene futuro. La sucesión presidencial adelantada es síntoma de eso. Los problemas de México no fueron solucionados ahora, pero quizá en el siguiente sexenio sí. Lo mismo pasará en seis años y en otros seis y en otros seis. Ad nauseam.

Así hasta que los jóvenes de hoy sean los viejos de un mañana cada vez más cercano, pero que no tiene futuro.

El mañana es peor que el ayer. Pero al mismo tiempo el pasado no termina de suceder, mientras que el futuro cada vez parece más estático y fragmentado.

El Papa Francisco condenó el asesinato de dos de sus correligionarios jesuitas, escalando con ello, a nivel mundial, la barbarie en la Tarahumara, que no es un caso extraordinario, ni una tragedia atípica, es un caso diario más de un país que todos los días tiene masacres, feminicidios, secuestros, mutilados y decapitados.

Andrés Manuel López Obrador, como también Peña Nieto y Felipe Calderón hicieron en su momento, tiene sus ojos más puestos en la sucesión que en gobernar. Es como si hubiera renunciado a solucionar los problemas que parece no tienen solución.

Y las 'corcholatas' están más enfocadas en sus redes sociales que en construir un nuevo diálogo, una nueva discusión, sobre el futuro que hace varias décadas nos fue robado. 

La oposición, peor: muchos de sus integrantes prefieren pelearse con una película infantil, sacando a relucir sus prejuicios medievales, que en proponer soluciones a la crisis de la que también son corresponsables.

 

 

 

 

 

 

de sus destapes para gobernar la CDMX o la república entera,