Las elecciones del 2024 ya iniciaron.
Aunque en teoría faltan dos años para los comicios presidenciales, las campañas para la renovación de Palacio Nacional ya dieron su banderazo de salida.
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Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y Adán Augusto aprovecharon la temporada electoral para placearse por todo el país y tratar de impulsar sus candidaturas para el principal cargo del país.
El tiempo avanza más rápido que un suspiro en medio de la tempestad y los 25 meses que restan para la jornada comicial de julio de 2024 se desvanecerán de forma tan fugitiva como arena entre los dedos.
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Los aspirantes a la Silla Presidencial lo saben y, por ello, estas elecciones, que culminarán el domingo, fueron un simulacro para empezar a medir fuerzas.
El sexenio de AMLO comienza a apagarse. El ocaso se asoma en el horizonte. En tres meses iniciará formalmente el proceso electoral del Estado de México, la cual es la entidad más grande del país, una de las más poderosas económicamente y, por supuesto, la que tiene el padrón electoral más jugoso de toda la república mexicana.
Para llegar a Palacio Nacional se necesita pasar por Toluca.
Antes, sin embargo, el partido en el poder requiere llevarse por lo menos cuatro entidades el 5 de junio con la finalidad de extender su presencia territorial dentro de las fronteras mexicanas.
Si todo sale como se espera, salvo que haya una catástrofe, el PRI quedará prácticamente borrado, mientras que el PAN, aunque con presencia en el bajío y el norte, tendrá mínimos históricos que no veía hace 20 años.
De ganar 4 elecciones este domingo (y si acaso una más, que puede ser Durango), Morena tendrá fuerzas renovadas para sacar adelante una reforma electoral con el apoyo de partidos de oposición cada vez más debilitados.
Además, llega con la maquinaria engrasada para enfocarse en llevarse la corona poblacional del país: el Estado de México.
A menos que las luchas intestinas de Morena digan lo contrario...