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La insuficiencia de CONCACAF

El Mundial en Catar nos dirá qué tanto afectaron las últimas modificaciones al torneo mexicano, que parece cayó en un bajón competitivo al que se ha arrastrado a la selección.

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De poco o nada le sirvieron a la Selección Mexicana los compromisos que terminará de cumplir este martes con motivo de la Nations League, el torneo regional que impuso FIFA para mantener el futbol internacional en movimiento sin tener que esperar a las copas organizadas por las confederaciones locales, Eurocopa, Copa América, Copa de Oro, etc. Pero en donde solo se hacen más grandes las brechas entre las escuadras con una competencia exigente y las que participan en zonas donde el desarrollo del futbol no es prioritario. México se encuentra geográficamente en la división del continente americano donde no se practica este deporte de manera histórica, fueron pocos los países a los que se importó el futbol desde las islas británicas de manera masiva; en nuestro país fueron los trabajadores de empresas mineras que llegaban por cientos y miles los que contagiaron la fiebre del balompié. Inclusive, se puede decir que en México se profesionalizó tarde el futbol, casi en la mitad del Siglo XX, es innegable la ventaja de las ligas europeas, siendo estas las primeras en constituirse.

El tres a cero logrado contra Surinam el pasado sábado, no borra el mal accionar del equipo mexicano en sus tres partidos de preparación anteriores contra rivales de mayor peso, aún habiendo ganado el encuentro contra Nigeria; las dudas que se generaron en esos partidos no fueron resueltas de manera técnica ni táctica, ni si quiera con el amplio marcador que significo este primer encuentro de Nations League. No hay parangón comparable, mientras Francia enfrenta a Croacia en la versión UEFA de Nations League en un partido de gran exigencia y suficiente preparación rumbo a Catar, México debe competir contra países caribeños sin una infraestructura futbolística desarrollada. Sin faltar el respeto a ninguna selección, se ve muy distante el Mundial al que pueda acudir más de una selección de las islas del Caribe, las posibilidades se reducen cuando Canadá y Estados Unidos se han dado a la tarea de alcanzar a México, por lo menos, a nivel de selecciones. 

En el futbol mexicano existe un conflicto claro por pertenecer a una zona futbolística en la que la competencia es tan dispar, la infraestructura en nuestro país es comparable con la de algunos equipos de ligas europeas, sin embargo, la forma en la que se practica el mismo deporte en los dos continentes, resulta a veces en la ilusión de estar apreciando dos futboles muy distintos. No parece haber una manera en la que México pueda participar en competencias o eliminatorias de mayor exigencia; se tuvo en clubes con Libertadores y Copa Sudamericana, a nivel selección, la Copa América sirvió de mucho para elevar la competencia, se llegó a finales de cada unos de esos torneos al Sur del continente en las que se puso en alto al futbol mexicano. Pero nadie mejor que los federativos para atravesar una estaca en el giro de la rueda, distintos intereses hicieron que los clubes y la selección se alejaran de los campos en tierras australes, para de manera inevitable, retroceder competitivamente.

México requiere de partidos de preparación como los jugados contra Nigeria, Uruguay y Ecuador, son necesarios para poder poner los pies en la tierra y medir realmente el futbol que hay en la actualidad de los seleccionados; las tres son selecciones con una competencia regional de gran nivel, ya sea en eliminatorias mundialistas o en las copas de sus respectivos continentes, la exigencia es alta; Nigeria, por ejemplo, no alcanzó a calificar a Catar, pero es una escuadra constantemente protagonista en la Copa Africana de Naciones y desde 1994 esta es la segunda vez que no asistirá a una Copa del Mundo; Ecuador hizo una gran eliminatoria en una de las zonas futbolísticas más complicadas por la calidad de los rivales y Uruguay es un equipo que repite en instancias de semifinales, quinto y sexto partido. Ese es el piso de donde deberían de partir los rivales pactados con la Selección Mexicana, si ya no es posible una competencia oficial contra selecciones que estén más allá de CONCACAF, deben ser los encuentros de las giras para recaudar dólares los que empiecen a traer a niveles con mayor jerarquía.

El Mundial en Catar nos dirá qué tanto afectaron las últimas modificaciones al torneo mexicano, que parece cayó en un bajón competitivo al que se ha arrastrado a la selección, y del que no ha podido salir, menos con convocatorias que se han hecho casi sagradas aún después de tres o cuatro mundiales. Para algunos este será su quinta Copa, pero hay que ser realmente autocrítico para aceptar que ya no se está en la misma forma física que hace veinte años. Más allá de los rivales a los que se enfrente la Selección Mexicana, hay que preguntarse cuál es el verdadero nivel del futbol mexicano actualmente, cuál es su realidad.