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El 'Checo' se cuela en las campañas electorales

Los panistas aprovecharon para destacar las diferencias entre el expresidente y el actual mandatario federal, Andrés Manuel López Obrador, que en el fondo no son tantas... pero no les digan.

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Las campañas electorales han estado 'taaan' aburridas que tuvieron que meter al 'Checo' Pérez para meterles sabor.

El destacado e histórico triunfo del piloto de Red Bull en Mónaco, el circuito más complicado de todos, debido a su naturaleza urbana, es un motivo de orgullo para el país... y claro que los políticos se quieren colgar de él.

El video del expresidente Felipe Calderón echándose un chapuzón a un lado del Checo en el pequeño principado europeo sacudió las redes sociales con posturas hacia todos lados.

La oposición y los panistas aprovecharon para destacar las diferencias entre el expresidente y el actual mandatario federal, Andrés Manuel López Obrador, que en el fondo no son tantas... pero no les digan.

Los simpatizantes de la 4T, por otra parte, ardieron en coraje y el Checo dejó de ser su ídolo. Además de que tacharon a la Fórmula 1 de ser un deporte fifí y de privilegiados.

El resto del país, ajeno a esas grillas, estuvo contento con el triunfo del jalisciense... y luego con el bicampeonato del Atlas. Salvo que hayan sido seguidores del Pachuca, las Chivas o el buen arbitraje.

Quien se voló la barda fue el papá del 'Checo', diputado federal de la Cuarta Transformación, quien aprovechó a su hijo para hacer campaña y prometió, en un mitin acompañando a la candidata de Morena en Durango, que placeará a su hijo en la entidad en caso de que ganen los guindas.

Mucho Alito... ¿pero Layda?

Mucho se ha hablado de los lamentables audios de Alejandro 'Alito' Moreno y con justa razón: las declaraciones del presidente tricolor en contra de los periodistas, a quienes 'recomienda' matar de hambre, son preocupantes en un contexto de violencia desatada hacia dicho gremio.

Eso sin contar los cobros de moches a empresarios y otras 'joyas' que ameritan una investigación.

Sin embargo, lo que hizo la gobernadora Layda Sansores es una ilegalidad que no debe minimizarse ni pasarse de largo: usó el poder del Estado para difundir información obtenida, probablemente, de manera ilícita.

¿La Fiscalía se atreverá a investigar a la mandataria estatal?