Guadalajara dio sus mejores 45 minutos en mucho tiempo, dentro del marco de la Jornada 7, llenos de intensidad, velocidad, precisión; por momentos hicieron ver mal al líder del futbol mexicano, que no entendía por dónde le atacaban los multiplicados jugadores rojiblancos. Chivas se puso adelante con dos muy buenos goles de Ponce y Vega que abrieron un sendero de luz y esperanza ante el nublado panorama del rebaño. El equipo tapatío se defiende muy mal y no cuenta con la solidez necesaria para mantener los resultados a favor, se le han caído varios partidos que ya parecían triunfos seguros; y le cuesta mucho remontar los encuentros una vez que está abajo en el marcador. Chivas debe trabajar en mantener el ritmo y la buena ejecución de futbol que realizó en el primer tiempo contra Puebla si pretende encontrar una fórmula para el éxito, se viene un partido muy complicado contra San Luis que llega de un triunfo de gran motivación como visita en Monterrey, donde el equipo del técnico brasileño Jardine dio un par de buenos partidos, contra Tigres le faltó mucha puntería, pero contra Rayados llenó el vaso de la paciencia regiomontana para darle las gracias a Javier Aguirre que se va con muy poco logrado; una Liga de Campeones CONCACAF se queda corta ante el plante de Monterrey, más cuando se compara, inevitablemente, con su rival de ciudad que llegó hasta la final del Mundial de Clubes dejando un mejor sabor de boca.
Puebla merece una mención aparte; el equipo cada partido hace lo mismo: matarse en la cancha y sacrificarse siempre por el bien del conjunto y sus compañeros. Es una escuadra solidaria en el esfuerzo y exigente con sus propios alcances; Larcamón es clave en el resurgimiento de la mística poblana, no se vuelve loco inventando sistemas, ni probando jugadores en distintas posiciones; cada quién está donde debe estar y haciendo lo que debe hacer. Cuando un equipo tiene que competir contra grandes nóminas, lo mejor es que funcione como reloj suizo en todas sus zonas, una maquinaria que no deja de trabajar, desgastando al rival, adueñándose del balón y paseándolo por todo el campo hasta que, llega la hora de las campanadas; tres goles anotados en el segundo tiempo para mandar a la lona al rival que se quedó incapaz de reaccionar. Puebla es el único equipo invicto del torneo, llegando casi a la mitad de la competencia, y podemos estar seguros que venderá muy cara esa derrota, si es que llega; de frente tendrán a Juárez que no ha podido levantar con Tuca al mando, a Bravos le hace falta un plantel más vasto para que puedan funcionar las ideas del brasileño.
Tigres es una realidad, fueron a CD. Juárez a enfrentarse al nuevo equipo de su antiguo entrenador y no tuvieron piedad alguna; al primer tiempo ya tenían tres goles de ventaja y parecía que se le venía la noche al local. Los franceses del equipo felino andan en plan grande, individualmente han retomado un gran nivel y el entendimiento que hay entre los dos es muy peligroso para las defensas de los adversarios. En la Jornada 8 a mitad de semana reciben a Cruz Azul, en lo que podría ser un partido muy atractivo en el tintero. A pesar de que la Máquina continúa en el cuarto lugar en posición de liguilla directa, sus actuaciones han venido a menos, ya no le está alcanzando con su planteamiento de rutina, el de casa, aquel en el que anotaba un gol y cerraba los espacios para ganar por la mínima diferencia, ahora los rivales le anotan más goles y el táctico se viene abajo. Siguen los fantasmas rondando a Cruz Azul.
León tiene en la persona de Cota un gran portero capaz de salvarle la plana a la peor versión del equipo; a la Fiera le ha costado re encontrar ese futbol preciso y eficaz, no todos los elementos han retomado su buen nivel, hay unos que destacan por mucho sobre el resto de sus compañeros; uno de ellos es el arquero que frente a Necaxa salvó una importante cantidad de veces su marco. Necaxa y Lozano van por buen camino, ojalá que no le desarmen el equipo a final de temporada porque lo que va mostrando hasta ahora puede convertirse en solidez con el paso del torneo. En un partido en que Pumas pudo hacer mucho daño a su máximo rival, la directiva se prestó a cambiar de horario su tradicional juego a las 12 pm del domingo, cediendo la ventaja de sofocar al adversario con el clima de Ciudad Universitaria en a esas horas; el equipo felino fue pasivo y cuando quiso apretar el acelerador, sufrió un expulsión que terminó de convertir el partido más esperado de la Jornada 7 en un terrible bostezo.