La Ciudad de México podrá estar en verde... pero hay un lugar en la capital mexicana que está en el color rojo del semáforo epidemiológico: Palacio Nacional.
Ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien deseamos pronta recuperación, dio positivo a COVID-19, lo cual demuestra que la epidemia no sólo está lejos de terminar, sino que viene más intensa que nunca.
Sí, el coronavirus anda más bravo que un toro en San Fermín y la variante ómicron embiste a todas y todos, sin importar cargo o nacionalidad, con mayor furia que la cepa original que tomó al mundo por asalto en 2020.
En el caso de México, hace dos semanas había una reducción, aunque mínima, en el ritmo de los contagios. 15 días después, la curva epidémica crece a un ritmo vertiginoso: tiene un incremento de 188 por ciento, es decir, el mayor presentado desde que en marzo de hace dos años se detectó el primer caso positivo en el país,
Afortunadamente, la vacunación contra la enfermedad ha demostrado ser eficaz y, por ello, aunque la epidemia crece con el ímpetu de un incendio que lo devora todo, las hospitalizaciones y los decesos no se han disparado de manera significativa.
No obstante, hay hospitales que comienzan a resentir los efectos de ómicron: el nosocomio de La Raza, en la Ciudad de México, tuvo largas filas el lunes debido a que se reportó una saturación y falta de camas.
En el caso del contagio del presidente López Obrador, hay preocupación por las personas que tuvieron contacto con él, como los periodistas que cubren la mañanera, que están en incertidumbre, respecto a si resultaron contagiados, así como los funcionarios y funcionarias, incluido el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, así como la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que ayer asistieron a reuniones a Palacio Nacional.
La última semana el virus, en particular, se ha ensañado con los políticos: Diego SInhue, gobernador de Guanajuato; Tatiana Clouthier, secretaria de Economía; María Luisa Albores, secretaria de Medio Ambiente; Maru Campos, gobernadora de Chihuahua, entre otras y otros servidores públicos, han dado positivo al patógeno.
Por lo pronto, deseamos que el mandatario federal tenga una pronta recuperación. Lo mismo que todas las personas que han contraído el virus en esta cuarta oleada... que viene con el ímpetu de un tsunami.
La mejor estrategia es cuidarnos, mantener las medidas de sana distancia y vacunarnos. Porque las personas que no se han vacunado son la presa principal de ómicron.
Las mañas de Morena
El INE no se da abasto con la revisión de firmas para la revocación de mandato... y entre más rasca, más "trampas" encuentra: morenistas y simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador presentaron miles de firmas falsas en forma de fotocopias.
Esa irregularidad se suma a otras, como las rúbricas de personas difuntas o que perdieron sus derechos políticos por hallarse recluidas en prisión.
Radio Fórmula digital reveló en exclusiva el pasado 4 de diciembre que el árbitro electoral halló miles de firmas de personas dadas de baja de la Lista Nominal, por las razones anteriormente citadas, así como por otras anomalías.
El INE informó este lunes que, en total, se han detectado 463 mil 605 apoyos irregulares y apócrifos, de los cuales 264 míl 198 fueron presentados en formato digital y 199 mil 407 en formato físico.