El general Emiliano Zapata, figura emblemática y legendaria de la Revolución Mexicana, nació un 8 de agosto de 1879, por ello el día de hoy se conmemora su natalicio. Pero, ¿sabías que hay una leyenda que dice que fingió su muerte y se fue a Arabia? Te contamos.
Zapata fue asesinado en la Hacienda Chinameca el 10 de abril de 1919, a donde acudió a una reunión con uno de sus verdugos, el coronel gonzalista Jesús Guajardo, quien se había ganado su confianza por órdenes del general Pablo González, jefe de operaciones en el estado de Morelos.
El plan comenzó cuando al cuartel zapatista llegaron rumores de conflictos entre González y su subordinado Guajardo, esto ocasionó que Zapata le mandara una carta al segundo donde lo invitaba a sumarse a las filas revolucionarias, pero la misiva fue interceptada por el general y comenzó a planear la muerte del Atila del Sur, de acuerdo a un artículo publicado en el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).
De esta manera, el jefe de operaciones de Morelos le ordenó al coronel Guajardo acercarse a Zapata para ganarse su confianza y matarlo en el momento adecuado. Ambas instrucciones las cumplió.
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El coronel se adhirió supuestamente a la causa zapatista, incluso cuando Emiliano le mandó tomar Jonacatepec, que se encontraba en manos de los carrancistas, Guajardo fingió tomar la plaza el 9 de abril de 1919 y se encargó de realizar ejecuciones de soldados federales.
Con tales acciones, Zapata confió en su nuevo aliado y se reunió con él en Chinameca para un intercambio de armas un día después, pero la gente del coronel y él mismo le dispararon a los zapatistas y ejecutaron a Emiliano Zapata pasadas las dos de la tarde, precisa el texto escrito por Edgar Damián Rojano.
¿Dónde quedó Zapata, en Cuautla o en Arabia?
Luego de la traición, el coronel Jesús Guajardo trasladó el cuerpo de Emiliano Zapata a Cuautla, donde se encontraba el cuartel miliar del general Pablo González.
El cuerpo de Zapata fue exhibido durante 2 días en los portales del palacio municipal de Cuautla, en Morelos, a donde lo vieron personas de todas partes del estado y de otras zonas del país, como la Ciudad de México.
Pese a que el cuerpo fue identificado por el propio Eusebio Jáuregui, jefe de escoltas del Caudillo del Sur, muchas personas no creyeron que se tratara del líder de los zapatistas.
Corrieron los rumores de que se trataba de otra persona, que al cuerpo le faltaba un lunar que sí tenía Zapata, que el general era más moreno, entre otros. Con lo que empezarían la leyenda.
En el artículo del INEHRM se señala que algunos creían que el cadáver era de una persona que tenía el bigote igual a Emiliano, pero que éste se fue con un compadre para Arabia.
A la leyenda, un texto de la revista México Mágico le añade que el líder revolucionario intercambió ropas con un amigo, y éste fue el que acudió a la Hacienda de Chinameca para poner a prueba la alianza con Guajardo.
Mientras esto pasaba, Emiliano Zapata se escondió en un pozo, posteriormente se dio cuenta de la tragedia, se encontró al libanés Moisés Salomón, uno de sus compadres, quien le ayudó a escaparse hacia Acapulco y de ahí a uno de los países de Arabia. _Con información de México Mágico y Edgar Damián Rojano