México es un país habituado a los temblores que generalmente se originan en las costas de Oaxaca y Guerrero, pero lo que pocos saben es que en Michoacán, Durango y la Ciudad de México existen enjambres sísmicos. ¿Podrían originar un nuevo volcán en la capital?
Recordemos que en el pasado ha habido erupciones volcánicas intensas en el Valle de México, como la que acabó con la cultura Cuicuilco, al sur de la CDMX.
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Académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) detectaron un enjambre sísmico, es decir, un conjunto de temblores pequeños, algunos imperceptibles, en Michoacán durante 2021.
De enero de 2020 a junio de 2021, los científicos detectaron mil 102 microsismos en la región de Uruapan y el corredor volcánico Michoacán-Guanajuato, seis de ellos con magnitudes mayores a cuatro.
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Los expertos destacaron que el mismo fenómeno sucedió en la zona en 1997, 1999 y 2006, así como en otras entidades como Durango, Chiapas y la Ciudad de México, donde los movimientos surgen durante varios días y posteriormente cesan, pero ¿qué significan estos temblores?
¿Podía nacer un nuevo volcán en la CDMX?
Carlos Valdés González, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) y actual director del Centro de Estudios Mexicanos (CEM) UNAM-Costa Rica, explicó que estos enjambres sísmicos son uno de los precursores del nacimiento de un nuevo volcán y pueden representar riesgos para la población local si se presentan acompañados de otros factores.
Sin embargo, destacó que para que ocurra una erupción volcánica o el surgimiento de un coloso, se requieren actividad sísmica, deformación del terreno, emisión de gases, manifestaciones hidrotérmicas y alteraciones visibles.
Además, recordó que México es un país volcánicamente activo, especialmente en esa región, donde hay más de mil 200 volcanes pequeños en el llamado campo de volcanes de Michoacán-Guanajuato, donde surgió el volcán Paricutín en 1943 al que antecedió una serie de sismos.
En todo el Eje Neovolcánico Transversal, que recorre el centro del país, incluida la CDMX, hay una intensa actividad sísmica. De hecho, la capital mexicana posee varios volcanes, como el Xitle y el Ajusco, los cuales se encuentran dormidos o extintos.
Por su parte, Denis Xavier Francois Legrand, investigador del IGf, detalló que la comunidad científica supone que los enjambres sísmicos están asociados al movimiento de magma, pero aclaró que no siempre llegan a la superficie, tal como sucedió en 1997, 1999 y 2006.
A su vez, Luis Antonio Domínguez Ramírez, profesor de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Morelia, recomendó a los habitantes que se encuentren en zonas con movimientos sísmicos que estén atentos de emanaciones de gases como azufre que también acompañan al surgimiento de actividad volcánica.
Aunque los académicos consideraron que no hay información concluyente al respecto, recomendaron seguir una estricta vigilancia científica en la zona, estar pendientes de los mapas de riesgo y las recomendaciones de las autoridades de Protección Civil.