El 90 por ciento de las víctimas de conflictos armados son civiles y, de este porcentaje, la mayoría son mujeres e infancias. Por lo que la militarización del país ha marcado la vida y muerte de las mujeres en México, de acuerdo con Lentes Púrpura y con el Departamento de Estudios Internacionales (DEI) de la Universidad Iberoamericana.
La militarización del país se caracteriza por el despliegue del Ejército Mexicano y de la Marina para realizar tareas de seguridad pública; así como para hacerle frente a la delincuencia organizada. El cambio inició durante el sexenio de Felipe Calderón con la guerra contra el narcotráfico, continúo en la de Enrique Peña Nieto y con Andrés Manuel López Obrador.
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En este sentido, la directora ejecutiva de Data Cívica, Mónica Meltis Véjar, explicó que la militarización del país ha tenido un efecto importante en los asesinatos de mujeres y en la violencia de género dentro del hogar.
"Este es una de los hallazgos más importantes porque nos empuja a pensar la militarización como proceso que tiene efecto en la violencia generalizada hacia las mujeres", mencionó durante el Panel de Análisis con Perspectiva de Género sobre la Militarización en México.
Asimismo, agregó que la forma en la que son asesinadas las mujeres se ha modificado, es decir, que hubo un cambio en los patrones de violencia y aumentaron las agresiones armadas contra ellas.
Al respecto, la directora de Inspiring Girls México, Magda Coss Nogueda, dijo que los abusos, violaciones sexuales y detenciones arbitrarias por parte de las autoridades también incrementaron.
La violencia sexual es utilizada por las fuerzas de seguridad para obtener confesiones forzadas, según Lentes Púrpura. Esto se debe a que "las autoridades consideran que las mujeres son un blanco fácil. Los cárteles de la droga las contratan para realizar tareas peligrosas porque las piensan prescindibles si son arrestadas".
"[La militarización] se traduce en menos derechos para que las mujeres y personas que pertenecen a minorías tengan menos oportunidades de ocupar el espacio público", resaltó la directora de Inspiring Girls México.
Además, las niñas, adolescentes y mujeres limitan su tránsito en la vía pública para evitar acoso de los militares. Así que "la falta de acceso al espacio público es una regresión para las luchas feministas", según Coss Nogueda.
¿Las capacitaciones son suficientes?
Meltis Véjar añadió que las Fuerzas Armadas no se crearon para desempeñar tareas de seguridad pública; pues la naturaleza de las instituciones castrenses es enfrentar los conflictos con violencia. Por ello, no pueden realizar tareas preventivas de seguridad.
"Su trabajo tiene que ver con contener, poner una fuerza proporcional para atacar violencia que está sucediendo", sostuvo.
Las organizaciones de la sociedad civil tienen pocos elementos para evaluar si las capacitaciones que las Fuerzas Armadas han recibido en materia de derechos humanos y perspectiva de género han funcionado, advirtió la directora de Data Cívica. Sin embargo, su hipótesis es que no han sido efectivas.
Aunado a ello, opinó que es un error suponer que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar) o la Guardia Nacional van a contribuir a la pacificación del país.
La coordinadora del programa de seguridad ciudadana en Seguridad y Paz, Antia Mendoza Bautista, apuntó que, de igual forma, hay limitaciones en los procesos de formación con perspectiva de género de los policías porque los protocolos sólo son enunciativos y normativos, no operativos.
Magda Coss resaltó que para pacificar el país y acabar con la militarización del país es necesario construir espacios seguros e incorporar la perspectiva de género, así como la de derechos humanos, en todas las instituciones de seguridad públicas.