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DERECHOS HUMANOS

Mes del orgullo LGBT+: Discriminación y violencia, retos de trabajar y ser trans

Mientras mujeres y hombres trans deciden vivir en el clóset para evitar burlas o agresiones en sus empleos, quienes deciden revelar su identidad de género deben enfrentar diversas formas de violencia para conservar un trabajo.

La discriminación y violencia de género contra personas trans persiste en el mundo laboralCréditos: Juan Carlos García
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Es una realidad que actualmente la mayor parte de la sociedad mexicana ha adoptado una postura más inclusiva hacia las personas LGBTTTIQ+, algo que puede evidenciarse con el discurso de tolerancia que predomina en las redes sociales; sin embargo, dentro del ámbito laboral la realidad es muy diferente para las personas trans, quienes prácticamente a diario siguen viviendo situaciones de discriminación, acoso, abuso e incluso agresiones sexuales dentro de sus lugares de trabajo.

Adriana, de 33 años y originaria del Estado de México, es una de tantas mujeres trans que a diario tiene que soportar las burlas y discriminación de sus propios compañeros de trabajo, así como la indiferencia de sus superiores, quienes incluso incurren en actos que vulneran sus derechos humanos.

Hace apenas un mes, en mayo pasado, ella denunció a través de la organización Fuera del Closet A.C., que no sólo debe aguantar ser llamada por un nombre con el que no se identifica, pues sus colegas tienen la instrucción de referirse a ella con el que viene registrado en su acta de nacimiento, además es obligada a usar el baño de hombres y a no utilizar maquillaje.

Actualmente no hay un registro oficial del número de personas trans que habitan en México; sin embargo, estudios realizados en otros países permiten tener una estimación de cuántos hombres y mujeres transgénero hay en el país; tal es el caso de la Encuesta Nacional de Crecimiento de Familias realizada en Estados Unidos, la cual estimó que el 0.5 por ciento de la población se identifica como persona trans.

De acuerdo a dicho estudio, y considerando cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) que señalan que en México habitaban 126 millones 014 mil 024 personas a finales de 2020, es posible estimar que en nuestro país existe una población trans de al menos 630 mil personas.

Ricardo Torres, presidente de Fuera del Clóset A.C., una organización civil que desde hace 12 años se dedica a brindar apoyo a personas LGBTTTI+ en el Estado de México, recalcó que actualmente sigue siendo muy complicado que hombres y mujeres trans puedan incorporarse al mercado laboral.

“Pese a que existe una mayor visibilidad de los temas de la diversidad sexual o de género al exterior, al aplicarse dentro del espacio laboral sigue siendo muy complejo (…) A pesar de que las personas trans tengan una gran capacitación, no quiere decir que la sociedad, en materia de otorgar algún campo laboral, sea tan abierta”, dijo en entrevista para Grupo Fórmula Digital.

Así, mientras las redes sociales y la opinión pública se inunda de posturas de tolerancia e inclusión, la realidad es que el mercado laboral en México sigue siendo un espacio en que las personas trans sufren la discriminación e intolerancia que predomina en los espacios de trabajo, derivados de prejuicios obsoletos que perduran hasta nuestros días.

Vivir en el clóset: ser trans y trabajar en México

El temor a las burlas o el rechazo de amigos, familiares y la sociedad en general, provoca que la mayoría de las personas trans vivan sin revelar su verdadera identidad de género, una situación que se traslada a los espacios de trabajo, donde prefieren vivir en el closet para no dejar de ser valoradas por sus habilidades y aptitudes, evitar represalias o incluso para no perder sus empleos. 

Al respecto, el director de Fuera del Clóset A. C. recalcó que tener que ocultar su identidad genera en las personas trans situaciones de severo estrés, el cual deriva en otro tipo de daños psicológicos e incluso a su salud.

“Hay graves consecuencias en temas de salud, porque el trabajo te proporciona muchos otros derechos (como seguridad social) y el hecho de que estés pasando por una situación donde todo el tiempo estés viviendo temas de discriminación te genera ansiedad, depresión o ni siquiera te dan ganas de conseguir un trabajo”, recalcó. 

Destacó que actualmente tanto empresas como instituciones públicas han mostrado gran desconocimiento sobre inclusión laboral de personas trans, por lo que incurren en actos de discriminación y hostigamiento, e incluso en despidos injustificados.

Lo anterior obliga a las personas trans a vivir en el clóset ocultando su identidad de género, algo que –consideró- es un ejemplo de cómo la intolerancia ha permeado en el pensamiento de toda la sociedad, lo que contradice a la creciente postura inclusiva que se percibe en la opinión pública.

“Es una forma de homofobia y transfobia que se ha internalizado de una forma coercitiva; a pesar del empoderamiento que hemos encontrado en los últimos años en personas LGBTTTI (…) esto es una situación derivada de una violencia estructural y un violencia institucionalizada que obliga a las personas LGBT y trans a regresar al closet”, aseveró Ricardo.

La Coalición Mexicana LGBTTTI+ presentó en marzo pasado su Diagnóstico Situacional Sobre Violencia Laboral para Personas Trans en México, en el que alertó que, pese a la aparente apertura, cuatro de cada cinco hombres y mujeres trans -80 por ciento- prefieren no revelar su identidad de género en sus trabajos, esto a pesar de haberlo expresado a sus círculos más cercanos.

Este estudio recopiló los testimonios de 8 participantes, tres hombres y cinco mujeres trans que viven en Hidalgo, Campeche, Oaxaca, Guerrero, Ciudad de México (CDMX) y Chihuahua -cuyas identidades fueron reservadas-, que evidenciaron la discriminación y violación a sus derechos de los que han sido víctimas en sus trabajos.

La principal razón para no salir del clóset en sus empleos es para evitar ser blanco de burlas, comentarios ofensivos o actos discriminatorios por parte de sus compañeros de trabajo o sus propios jefes; sin embargo, en ocasiones también son puestas en duda sus capacidades como especialistas por el simple hecho de ser trans.

Del acoso las violaciones en el trabajo contra personas trans

Las agresiones verbales en el ambiente laboral no son la única clase de violencia a la que las personas trans deben enfrentarse día a día, pues en la mayoría de los casos estas situaciones escalan hasta convertirse en casos de acoso sexual y hasta violaciones dentro de los mismos centros de trabajo.

Muchas de estas agresiones sexuales tienen su raíz en una concepción obsoleta de la identidad de género, pues en su mayoría son perpetrados por personas que no comprenden o son intolerantes ante la diversidad, por lo que tienden a agredir a las personas trans por su orientación.

En su diagnóstico, la Coalición Mexicana LGBTTTI+ reveló que la mitad de las personas trans que fueron entrevistadas declararon que han sido víctimas de tocamientos de carácter sexual en sus centros de trabajo, además de que han sido revictimizadas y revictimizados al culparles por "no darse a respetar" e incluso por ser quienes fomentan estas agresiones.

Resaltan los casos de dos participantes, un hombre y una mujer trans, quienes revelaron que fueron víctimas de violación por sus propios compañeros y dentro de sus centros de trabajo.

En el primero, un hombre trans declaró que luego de haber sido violado en uno de los baños de la empresa denunció lo sucedido a su jefe inmediato; sin embargo, la primera respuesta que recibió fue que él era culpable de haber sido violentado, pues su comportamiento incitaba a sus compañeros a querer “comprobar” cuáles eran sus genitales.

Por otra parte, una mujer trans contó que luego de haber sido violada en un estacionamiento de la empresa en la que laboraba acudió a denunciar lo ocurrido a sus superiores, quienes le advirtieron que en caso de acudir con las autoridades sería despedida por “desprestigiar” a la empresa.

Trans viven con temor a denunciar 

Muchas de las mujeres y hombres trans que son víctimas de discriminación o agresiones dentro de sus lugares de trabajo prefieren no denunciar estos hechos por temor a las represalias o por perder sus empleos, además de que las autoridades tampoco cuentan con protocolos para atender estos casos.

Por citar un ejemplo, el presidente de Fuera del Clóset A.C. recalcó que la Secretaría del Trabajo del Estado de México no cuenta con un plan de acción para brindar apoyo a las personas trans que son víctimas de violencia laboral por motivos de género.

Advirtió que derivado de esta falta de protocolos de protección, las personas trans prefieren no presentar su denuncia ante instancias judiciales, lo que impide que tengan acceso a la justicia y puede derivar en que su caso quede sólo como una denuncia intrascendente en redes sociales y medios de comunicación.

“En algunos casos dentro de Fuera del Clóset A.C. ha pasado que las personas nos digan ‘pasó esto y quiero hacerlo público’; y claro que la denuncia pública nos ayuda, pero si no establecemos los criterios de denuncia con los tomadores de decisiones o dentro de las propias instituciones, la denuncia pública queda sin fortaleza, y en redes sociales y otros medios es una noticia temporal”, dijo Ricardo Torres.

Agregó que a las víctimas les sigue dando miedo denunciar, pues “al ser personas LGBTTTI+ y no sentirse sujeta de derechos dice ‘ya mejor le dejo ahí porque mi jefa o jefe ya me amenazó, o ya no me quieren indemnizar, o ya no me quieren incorporar a mi puesto’”.

El activista recalcó que es necesario considerar como violencia laboral todas las agresiones que hagan sentir a las y los trabajadores incómodos o inseguros en sus lugares de trabajo, desde miradas lascivas o incómodas, gritos, ofensas, cargas de trabajo excesivas y otras prácticas en las que incurren tanto empleadores como compañeros.

Empresas e instituciones no son inclusivas con personas trans 

Otro de los obstáculos para el desarrollo laboral de personas trans es la falta de protocolos de inclusión dentro de las empresas e instituciones públicas para brindar espacios de trabajo inclusivos y seguros.

Al respecto, el presidente de Fuera del Closet A.C. acusó que la mayoría de las organizaciones no implementan estrategias de inclusión para personas trans, principalmente por falta de interés, por lo que en la mayoría de los casos no se logra evitar que ocurran actos de discriminación hacia personas trans que deciden expresar su identidad de género. 

“A las empresas no les interesa o no les ha llamado la atención buscar mecanismos o protocolos hasta que no se encuentran con un caso de una persona trans que salen del clóset dentro de las empresas”, acusó.

Recalcó que para las personas trans es muy importante el poder expresar su identidad de género de forma libre y segura para poder desarrollar a plenitud su personalidad, pues en caso de no poder hacerlo podría generar daños psicológicos por la discriminación.

Incluso acusó que algunas organizaciones afirman no tener empleadas o empleados trans para no implementar los protocolos adecuados; sin embargo, indicó que hacer tal afirmación no es realista.

“Muchas empresas nos han dicho ‘es que no hay personas trans’, pero ¿cómo aseguramos que no hay personas trans dentro de las empresas o las instituciones? Ese es un argumento muy atrevido de hacer”, cuestionó.

Dejar de trabajar por ser trans

Las interminables burlas, agresiones, acoso, violencia e indiferencia en los centros de trabajo han obligado a que gran parte de las personas trans tengan que abandonar sus empleos para preservar su integridad física y emocional, lo que las deja en una situación de vulnerabilidad al perder sus fuentes de ingreso.

Esta situación parece ser algo a lo que hombres y mujeres trans deben enfrentar constantemente, pues el diagnóstico de la Coalición Mexicana LGBTTTI+ reveló que 5 de los 8 entrevistados tuvieron que renunciar al menos a tres empleos en empresas privadas debido a la discriminación por parte de sus empleadores.

Este tipo de discriminación puede agudizarse en trabajos que son considerados, debido a concepciones obsoletas, como exclusivos para ser realizados por hombres o mujeres, como en el caso de las corporaciones policiales, en las que predomina una cultura machista y heteronormativa.

Resalta el caso de un hombre trans que tuvo que abandonar las filas de la policía municipal en Michoacán debido a la discriminación que sufría, especialmente por parte de mandos superiores.

La víctima contó que a pesar de haber ingresado a la corporación luego de cursar la academia de policía, recibió un trato diferente al de los demás elementos, además de que le eran asignadas tareas consideradas como “castigo” por hacer visible su condición de persona trans.

Por otra parte, Ricardo Torres contó que un hombre trans solicitó ayuda a Fuera del Clóset A.C. debido a que en su trabajo era víctima de discriminación por parte de uno de sus compañeros, a quien describió como un hombre corpulento y de mayor talla, que comenzó a hostigarlo luego de haber revelado su identidad de género y sus preferencias como una persona bisexual.

Esta situación escaló a tal grado que la persona tenía miedo incluso de ir al baño dentro de su centro de trabajo por temor a ser víctima de alguna agresión física o abuso sexual, razón por la que se vio orillado a renunciar a su empleo en lugar de interponer una denuncia contra su agresor.

Hay casos en los que la necesidad económica, la dificultad para encontrar trabajo o los propios deseos de desarrollarse en una actividad que les gusta, obliga a las personas trans e incluso a otros grupos LGBT+ a permanecer en empleos en los que son víctimas de violencia o discriminación, además de que inhibe su intención de presentar una denuncia.