La ordenación del espacio aéreo es una cuestión técnica que debe ser atendida por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y no por la Secretaría de Gobernación (Segob) como sucedió en la reunión con aerolíneas convocada por el gobierno federal para hablar sobre el futuro del AICM, aseguró el abogado Roberto Gil Zuarth.
La reestructuración de las operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) no es un problema de gobernabilidad que requiera la intervención del secretario Adán Augusto López para mediar entre partes, aseguró el político panista.
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Se trata de una cuestión técnica que requiere ser debatida y consensada por especialistas con cálculos matemáticos y de geometría del espacio aéreo para determinar la operación conjunta con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
“Un gobierno cualquiera del mundo, un gobierno profesional medianamente serio, realiza estudios, contrata expertos, promueve validaciones técnicas, hace pruebas, audita sus procesos, de modo que la voluntad de gobierno se somete a la técnica y no la técnica a la voluntad del gobierno”, criticó el analista.
Gil Zuarth resaltó la presencia militar durante el encuentro entre el secretario de Gobernación, autoridades de la SCT, Defensa Nacional y Marina, así como representantes del AICM, del AIFA y de aerolíneas operadoras.
De acuerdo con el abogado y político, el mayor número de integrantes de las fuerzas armadas que de civiles participando en la reunión es indicador de que la planeación aeronáutica fue trasladada al poder castrense.
Aseguró que existe un aumento en la cantidad de incidencias aéreas conocida mediante denuncias de controladores aéreos y videos en redes sociales a pesar de que no existe una estadística oficial.
El pasado 3 de marzo, el gobierno federal emitió un decreto relativo a la saturación del espacio aéreo donde se estableció un corte de horarios en lo que ya no podrían ser programados más vuelos.
La intención de las autoridades es recortar el 25 por ciento de los vuelos del AICM y pasar de 61 operaciones diarias a 50 mediante una redistribución hacia el AIFA y los aeropuertos de Toluca y Cuernavaca.