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JUSTICIA

PERFIL: Virginia Silvestre, la mujer mazahua inocente que pasó 16 años en prisión

Virginia Silvestre fue condenada a 43 años en prisión por el homicidio de su nieta. Ello, a pesar de que el examen forense demostró que la niña de 2 años murió a causa de una caída.

Virginia Silvestre fue condenada a 43 años en prisión por el homicidio de su nieta. A pesar de que era inocente.Créditos: Especial.
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Hace 9 días Virginia Silvestre, una mujer mazahua, fue puesta en libertad y abandonó el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Nezahualcóyotl Bordo de Xochiaca, ubicado en el Estado de México. Después de que estuvo encarcelada durante 16 años de forma injustificada.

La víctima fue acusada del homicidio de su nieta de 2 años en 2006, a pesar de que ella era inocente. Virginia relató, en entrevista con Manuel Feregrino en “Por la Mañana”, que los judiciales la llevaron al Ministerio Público y ahí le leyeron las acusaciones en su contra.

En ese momento ella no hablaba español, por lo que no dijo nada. Posteriormente, dio su declaración y al terminar la hicieron firmar unos papeles.

“Uno de los judiciales me mete a donde están los difuntitos, no sé como se llama; me jaló de las greñas y me amenazó que si yo no me echaba la culpa se iban a llevar a mis niños al DIF y a mi familia la iban a detener”, señaló a Grupo Fórmula.

Además, acusó que su declaración la hizo sin un abogado que la defendiera. Tampoco le asignaron un traductor, aunque se comprobó que no sabía hablar español.

Virginia denunció que los policías fueron a la escuela en la que estudiaban sus hijos para verlos. Incluso se metieron a su casa sin ninguna orden y desnudaron a los menores para asegurarse de que no tuvieran golpes.

La mujer mazahua y su familia no tenían dinero para pagar un abogado, así que le asignaron uno de oficio. Sin embargo, su defensor nunca preparó la defensa, ni solicitó pruebas. 

Durante la audiencia en la que le dictaron sentencia, ella declaró que la torturaron para que confesara que era responsable del homicidio de su nieta, pero al juez no le importó.

Mientras que su abogado solicitó que el juez emitiera la sentencia de forma inmediata y no defendió a la acusada.

Virginia fue sentenciada a 43 años en prisión, aunque el examen forense demostró que era inocente

El expediente de Virginia desapareció durante tres años. Por lo que Martha, su madre, solicitó ayuda y un despacho de abogados tomó el caso, sin cobrarles ni un sólo peso.

Gracias a eso se dieron cuenta que desde su detención hubo varias violaciones a sus derechos humanos y al debido proceso.

El examen forense de la nieta de Virginia tampoco coincidía con las acusaciones; pues se acreditó que la niña de 2 años murió por un golpe que recibió luego de que se cayó. No obstante, la víctima fue sentenciada a 43 años de prisión.

Ahora que la dejaron en libertad, pidió a todas las personas recluidas inocentes que no permitan que los abogados les saquen dinero y recurran a organismos de derechos humanos para que los ayuden.

La víctima no podrá recuperar el tiempo que estuvo encarcelada

La mujer mazahua salió el pasado 7 de abril e indicó que afuera del penal la estaban esperando varios integrantes de su familia; así como otras personas que la ayudaron a conseguir su libertad.

Aunque a varios de sus familiares ya no los encontró porque murieron mientras ella estaba encarcelada, como su hijo de 16 años.

“Ahora sí que ya no voy a reponer el tiempo que estuve adentro injustamente”, comentó.

En estos 16 años, el papá de Virginia falleció; perdió su casa, su puesto de pepitas y su esposo la abandonó.

“16 años se dice fácil, pero adentro está muy difícil”, destacó.

La mujer Mazahua aprendió a hablar español en prisión

Mientras estuvo encarcelada, Virginia aprendió a hablar español porque se inscribió a la escuela. En la cárcel conoció a una mujer que también hablaba mazahua y al principio sólo hablaba con ella.

“Con esa paisana hablábamos en dialecto y una que otra compañerita quería que le enseñáramos a hablar así”, contó.

Asimismo, relató que en la cárcel no la conocían por su nombre, le decían rishu que significa señora en mazahua. También aseguró que las reclusas la adoptaron y le decían que era su tía, abuela o mamá.

“El día que me dieron mi libertad ya no me dejaban salir mis compañeras y dijeron que les daba esperanzas a todas”, agregó.

La víctima mencionó que cuando abandonó la prisión no lo creía y cuando salió vio que su familia, igual que las personas que la apoyaron, la estaban esperando.

Virginia Silvestre empezó a trabajar desde los 9 años

Virginia empezó a trabajar desde que tenía 9 años, vendía chicles cerca de la Torre Latinoamericana y así fue como empezó a ganar sus “primeros centavitos”.

“Era bien tremenda, me trepaba a la Torre Latino, ya no me dejaban pasar. Me escapaba y me subía para las escaleras, cuando llegué me encontré un restaurante. Cuando andaba vendiendo mis chicles llegué a comer comida de los gringos”, recordó entre lágrimas.

La mujer mazahua aseguró que siempre le ha gustado trabajar y ganarse su propio dinero. Por ello, empezó a vender dulces en el puesto de semillas de su mamá.

“Compartimos el mismo cachito las dos ahí, poco a poco quiero invertir para tener mi propio puesto”, sostuvo.

Por otra parte, Virginia Silvestre agradeció a todas las personas que la han apoyado desde que era niña y que la fueron a visitar cuando empezó a trabajar otra vez tras estar en prisión injustamnte.