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Luis Donaldo Colosio: ¿Cómo era como persona? Un colaborador nos lo cuenta

Se cumplen 28 años del asesinato del político que le gustaba volar alto con grandes sueños e ideas para un México mejor que hoy siguen anhelando millones de mexicanos.

Luis Donaldo Colosio fue asesinado en Lomas Taurinas, Tijuana, el 23 de marzo de 1994.
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Inicio esta crónica con esta frase del Licenciado Colosio que nunca nadie olvidará: veo un México con hambre y sed de justicia”, como lo mencionó antes de su asesinato.

Era el año de 1988 cuando Luis Donaldo Colosio fue designado para dirigir el partido en el poder, el PRI, en esa época yo era encargado del Departamento de Televisión del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

Desde su llegada, su presencia denotaba mucha seguridad y confianza en sí mismo, como todo Presidente del Partido Revolucionario Institucional iniciaba sus actividades haciendo recorridos por toda la República Mexicana, visitando tanto la capital de los Estados, como sus comunidades más alejadas.

Mi labor como encargado de televisión era difundir estas giras de trabajo, porque desde ese entonces viajaba muy pegado al Licenciado Colosio, quien siempre estaba saludando a toda la gente, mostrándose amable con los más humildes, pero sereno y firme con los más ricos o poderosos de los diferentes Estados.

Conmigo, así como con todos sus colaboradores más cercanos, era muy amable y respetuoso, pero el tenerlo de frente y comentar con él algún tema significaba enfrentarse a una mirada fuerte, que hacía que uno se sintiera nervioso o pequeño ante él, pero al final te regalaba una gran sonrisa.

Recuerdo que cuando viajábamos en el avión del partido, un Learjet, de tamaño pequeño y de escasas 6 plazas disponibles, tenía que acomodar mi equipo de grabación en la ‘cajuela’ del avión y al subirme me di cuenta de que el único lugar que estaba libre era el que estaba frente al Licenciado Colosio, creo finalmente que lo dejaron a propósito, ya que los viajes junto a él imponían mucho. El tiempo de trabajo y convivencia con Colosio fue de retos y aprendizaje, él era un hombre de carácter fuerte, apegado a sus principios y también al seno familiar, muy trabajador, un hombre de ideas firmes que, sin duda, las llevaría a cabo si las cosas hubieran sido diferentes, puedo comentar esto, ya que también cubrí las sesiones de varios presidentes del PRI como Adolfo Lugo Verduzco, Jorge de la Vega Domínguez, Genaro Borrego Estrada, entre otros, pero ninguno era similar a él, Colosio era diferente.

Para ese entonces mi oficina estaba en el edificio número 3 del CEN del PRI y la oficina del Licenciado Colosio estaba en el número 2; la gente que ahí trabajaba me comentaba que les causaba un poco de temor su presencia, al grado de esconderse cuando él transitaba por los pasillos.

Recuerdo que, al término de una gira en Sonora, fuimos a dejar al Licenciado Colosio, días antes de su asesinato, a la casa de sus padres en Magdalena de Quino, en Sonora, jamás esperamos tantos gestos de amabilidad de su parte; al dejarlo en una pista de aterrizaje cercana a la vivienda, le pidió a su piloto, un militar de edad avanzada, que le hiciera el favor de regresar a su equipo de trabajo a la Ciudad de México para que descansáramos en nuestras casas, a lo que el piloto mostró un gesto de enojo hacia nosotros y no le quedó más remedio que traernos.

Si definiera a Luis Donaldo Colosio, el candidato presidencial asesinado en Lomas Taurinas, sería a grandes rasgos: Hombre de carácter fuerte, hombre de ideas claras y diferentes a sus antecesores, hombre pegado a sus lazos familiares y un hombre que no le temía al cambio.

Testimonio de Luis Olivera. Jefe de televisión de la Secretaría de Información y Propaganda del CEN del PRI, para Radio Fórmula.