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Pueblos fantasma en Zacatecas: Violencia y narco ahuyentan a pobladores

La violencia en Zacatecas ha provocado que varias comunidades de la entidad sean pueblos desocupados con casas vacías, paredes con disparos y ventanas sin vidrios.

La violencia en Zacatecas ha hecho que la gente abandone sus hogares.Créditos: Archivo
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Los casquillos y las balas incrustadas en los muros de estas comunidades de Zacatecas son más frecuentes que las mismas personas, quienes decidieron dejar todo atrás por la violencia y poder vivir un día más; Humberto Padgett realizó un recorrido por aquellos lugares donde ya nadie vigila quién entra a casa. 

En el poblado de Tres Hermanas, perteneciente al municipio de Fresnillo, la escuela multigrado que aún sigue en pie muestra las heridas provocadas por armas de fuego; sus muros han sido penetrados y de los vidrios no queda uno aún pegado a lo que alguna vez fue una ventana para los estudiantes.

Las bancas verdes de esta institución están arrumbadas en una esquina, incluso, señala el periodista, algunos trozos de madera fueron acomodados en una de las aulas para que un presumible grupo delincuencial se protegiera del viento y sus bajas temperaturas. 

"¿Cuál fue el pecado de esta comunidad?", se cuestiona Padgett: su ubicación estratégica para que los grupos delincuenciales puedan observar toda la región; incluso en las deshabitadas casas los elementos de estas organizaciones se han dispuesto a vivir temporalmente.

En el suelo yacen pertenencias y recuerdos de quienes alguna vez hicieron una vida ahí; pero los delincuentes ocuparon esos espacios y no lo hicieron solos: los acompañaban mujeres y niños pues el periodista encontró toallas sanitarias y pañales nuevos.

Algunos kilómetros más lejos, en Colorada de Santa Rosa, también en Fresnillo los habitantes emprendieron la huida no sin antes dejar un recordatorio de cómo era su vida pues en el suelo de una tienda de abarrotes yacían dos manoplas de beisbol y atrás de los estantes donde alguna vez hubo dulces y papitas se erigían trofeos de algunos torneos. 

Algunos otros habitantes del mismo municipio permanecen en casa; uno de ellos prepara un platillo típico del lugar: caldo de rata de campo. En el plato hondo el cuerpo cocinado del animal carga sobre su espalda un pedazo de elote, un par de camarones y unos trozos de zanahoria. 

"Esta rata de campo come pura hierbita. Es más limpia que la comida de puercos, de vacas. Esta es pura hierbita", abundó el preparador.

En Zacatecas, el fuego está cerca

En Purísima del Maguey, observó Padgett, la gente aún camina entre las calles, asiste a misa y tiene una vida aunque la mayoría de sus pobladores viven en Estado Unidos y sólo regresan en diciembre y enero para poner en orden el trabajo de su comunidad. 

"(El fuego) ya está cerca. Ya acercándose el momento hay que salir"; comentó un señor abrigado con una chamarra café y acompañado de un hombre, una mujer y una niña sobre cuándo será el momento de salir de aquella comunidad de Zacatecas.