De valorar si las sopas instantáneas son aptas para consumo hasta recibir las denuncias de los consumidores son algunas de las funciones que tiene la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), pero pocos conocen la historia de cómo surgió este organismo y dónde se guarda el historial de quejas.
México fue la primera nación de Latinoamérica en contar con un ente dedicado a la protección de los derechos de los consumidores, ya que la Profeco surgió en diciembre de 1975, al ser instaurado como un órgano descentralizado, de carácter social, con identidad jurídica y patrimonio propio.
Pero inició funciones hasta el 5 de febrero de 1976, cuando entró en vigor la Ley Federal del Consumidor. De esta manera, la Profeco pudo ofrecer representación legal a cada uno de los ciudadanos en caso de que tuvieran quejas contra los productos o servicios suministrados por privados.
Además de ofrecer asesoría gratuita, desde sus inicios, la Profeco ha tenido otras atribuciones como: aplicar las medidas correctas para proteger al consumidor, en caso de violaciones como precios, normas de calidad, peso, medidas, entre otros. En la actualidad, estos análisis los presenta a través de la Revista del Consumidor.
Tan sólo seis años después de su creación, para el año 1982, la Profeco ya contaba con 32 oficinas en todo el territorio nacional. Y para 1987, el basto acervo de quejas fue enviado al Archivo General de la Nación que aún guarda las primeras denuncias efectuadas ante este órgano.
Entre los años 1982 y 1992, la Ley Federal sufrió diversas modificaciones, las cuales llevaron al Instituto Nacional del Consumidor a ser absorbido por parte de la Profeco, órgano que cuenta con 51 oficinas en todo el país, divididas en 32 delegaciones y 19 subdelegaciones.