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COVID-19

“Mi cuerpo está roto”: así afecta el COVID prolongado a pacientes

Los participantes del estudio describieron los síntomas como abrumadores e inmanejables.

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Con la llegada de ómicron, la nueva variante que parece ser menos letal, el rumbo de la pandemia pareció dar un giro al causar en gran mayoría infecciones leves. Sin embargo, los casos de COVID prolongado, que la gente describe como sentirse con el cuerpo roto, siguen presentes.

Debido a que hasta ahora se desconocen las causas o mecanismos del COVID prolongado, investigadores del University of the Fraser Valley recopilaron información de adultos que vivían con este padecimiento después de una infección por SARS-CoV-2.

Para el estudio -que aún no ha sido revisado por pares- a cada participante, de los 213, se le otorgó un cuestionario con preguntas abiertas, en donde podían contar su propia experiencia con el COVID prolongado.

Aunque las respuestas fueron variadas, los investigadores pudieron identificar la repetición de estos cuadro factores: "Mis síntomas prolongados de COVID son numerosos, difíciles de describir y debilitantes"; "todos los aspectos de mi funcionamiento diario se han visto afectados"; "ya no puedo estar físicamente activo"; y "sigo pidiendo ayuda, pero nadie me escucha y muy poco funciona".

"Mis síntomas prolongados de COVID son numerosos"

Los participantes señalaron la variedad de síntomas presentes durante su padecimiento, los cuales se describieron como abrumadores e inmanejables.

Esto fue destacado por un participante que compartió: "He tenido muchos, muchos más tipos de síntomas después del período agudo, cientos". Si bien algunos participantes intentaron enumerar cada uno de sus síntomas, muchos indicaron que eran demasiados para notarlos.

Pérdida de memoria a corto plazo, pérdida de concentración, incapacidad para retener información al leer, dificultad con las matemáticas, mareos, visión borrosa, tinnitus severo con pérdida auditiva, neuropatía cubital bilateral, apnea del sueño con hipoxia, dolor abdominal dolor y calambres, diarrea, intolerancia a la temperatura, calor y frío, caída de las uñas de los pies y cansancio fueron algunos de los síntomas encontrados.

"Mi funcionamiento diario se ha visto afectado"

Los participantes mencionaron haber notado cambios marcados en sus habilidades funcionales y capacidad para mantener sus responsabilidades y roles. En consecuencia, describieron las muchas formas en que modificaron su día o aceptaron no poder completar las actividades necesarias de la vida diaria.

Los participantes indicaron que ya no podían cuidar de su hogar, sus familias y, en algunos casos, de sí mismos como resultado de sus síntomas. Para muchos, su capacidad funcional actual contrastaba con su vida antes de la COVID-19.

"Ya no puedo estar físicamente activo"

Los participantes expresaron una sensación de pérdida por su actividad física y comportamiento de ejercicio anteriores al COVID: "Pasar de estar siempre en movimiento, jugar con niños, caminar por todas partes, nadar, hacer spinning, golf, etc. a estar sentado durante 16 horas al día es devastador".

Algunos otros expresaron temores profundamente arraigados de realizar más actividad física en caso de que empeorara sus síntomas y causara más contratiempos, lo que se vio subrayado por una sensación de deterioro de la confianza en sus propios cuerpos.

Esto fue captado por un participante que escribió: “Traté de dar una caminata de 20 minutos alrededor de la cuadra, me tomé el tiempo para no hacer demasiado, me tomó tres días recuperarme lo suficiente como para moverme cómodamente por mi pequeño apartamento después de eso".

"Sigo pidiendo ayuda, pero nadie me escucha"

Los participantes contaron que fueron ignorados o despedidos por sus proveedores de atención médica primaria, lo que hizo que muchos se sintieran derrotados, impotentes, invisibles o frustrados.

Esto fue captado por un participante que escribió: “Durante los primeros nueve meses de COVID prolongado, el hecho de que nadie supiera nada sobre el COVID prolongado, cómo tratarlo y si sería crónico aumentó una sensación de desesperanza que definitivamente afectó mi salud mental. y calidad de vida”.

Sin embargo, los participantes describieron que todavía necesitan atención, y muchos han seguido defendiéndose a pesar de sus síntomas.

"Los hallazgos resaltan la naturaleza compleja del COVID prolongado y muestran las formas en que las personas afectadas por la enfermedad se ven afectadas negativamente. Los participantes relataron cómo lucharon y alteraron sus actividades diarias mientras manejaban los síntomas de recaídas y remisiones, un pronóstico incierto, la pérdida de identidades previas al COVID y un sistema de atención médica (que no siempre ofrece orientación ni los toma en serio). Se necesita más apoyo y reconocimiento para la condición", señalaron los investigadores.