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Famoso actor terminó en la ruina; confiesa no tener dinero ni para su funeral

El comediante trabajó durante más de 50 años en el cine mexicano y sigue haciendo telenovelas.

Rafael Inclán se esncuentra en la ruina tras haber sido uno de los mejores comediantes mexicanos.Créditos: Facebook
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Rafael Jiménez Inclán es uno de los actores y comediantes con mayor reconocimiento entre los artistas mexicanos, ha participado en cintas como “Bellas de noche”, “Picardía Mexicana” y “El Mofles y Los Mecánicos”, entre otras; sin embargo, el histrión compartió que está en la quiebra y no tiene dinero ni para pagar su funeral.

El actor compartió en el programa matutino de Hoy, que nunca fue bueno para las finanzas personales, por lo que todo el dinero que ganó durante los mejores años de su carrera ya no están.

“No tengo tiempo ni para morirme por tanta deuda, estoy endeudado por la pandemia”, dijo tras participar en las telenovelas “Mi marido tiene familia” y “Qué le pasa a mi familia” que fueron un éxito entre los espectadores. 

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El actor explicó que sus problemas con el dinero se intensificaron con la pandemia de COVID, ya que no cuenta con la solvencia suficiente para vivir sin trabajar, pese a tener 80 años. No ahorró en los más de 50 años de carrera que tiene en el espectáculo.

“Nunca fui administrado con el dinero y es demasiado tarde como para que cambie. Siempre he sido lo que se llama manirroto, pero no me siento mal por ello, ya que disfruté de lo ganado con mi esfuerzo”, comunicó el hijo de la estrella teatral Gloria Alicia Inclán.

El famoso de cintas de ficheras nació en  Mérida, Yucatán en 1941. Se hizo famoso con las películas de los años 80 donde reinaba el doble sentido y el albur en la narrativa de las cintas mexicanas; también ha participado en obras de teatro.

También dijo que no tiene nada que heredar: “No me arrepiento, los que deben sufrir son los que voy a heredar, yo no me arrepiento de nada, el problema es de los que queden”. El actor disfrutó su vida sin medida y de los placeres que su carrera le trajo, por lo que Rafael Inclán, a pesar de estar en quiebra y “no tener ni para su funeral”, siempre fue feliz.