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Así fue el reinado de Carlota: la primera mujer que gobernó México

La princesa de Bélgica y su esposo Maximiliano de Habsburgo fueron coronados como emperadores en 1864.

Así fue el reinado de Carlota en MéxicoCréditos: INAH
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Pese a que desde el año de 1867 en México están prohibidos los títulos nobiliarios, hace muchos años nuestro país sí fue regido por la monarquía, por lo que entre los personajes de la realeza encontramos a Carlota, la primera mujer que gobernó el territorio nacional.

El nombre completo de esta mujer era María Carlota Amelia Augusta Victoria Clementina Leopoldina de Sajonia-Coburgo-Gotha, quien fue princesa de Bélgica, archiduquesa de Austria, princesa de Hungría y Bohemia, virreina de Lombardía-Véneto, entre otros títulos.

Carlota contrajo matrimonio con el archiduque austriaco Maximiliano de Habsburgo, quienes tras la intervención francesa en México iniciada por Napoleón III de Francia, se embarcaron en la misión de instaurar un imperio en nuestro país durante el siglo XIX.

De esta forma la pareja arribó al puerto de Veracruz en 1864, fueron coronados en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el 10 de abril de ese mismo año y eligieron el Castillo de Chapultepec como su nueva residencia imperial.

¿Cómo fue el reinado de Carlota?

Tras coronarse como emperadores, la joven princesa de Bélgica pasó a convertirse en Su Real Majestad Imperial, Carlota de México. Con ello, se le reconocía como regente y cabeza del gobierno ante cualquier ausencia del emperador Maximiliano I.

Efectivamente esa ausencia se produjo con las giras del monarca al interior del territorio nacional, por lo que la emperatriz ejerció distintas funciones ejecutivas, lo que la llevó a ser la primera mujer gobernante en la historia de México.

Carlota tenía los conocimientos para gobernar una nación pues fue hija del rey Leopoldo I de Bélgica y de la princesa francesa Luisa María de Orleans; incluso desde pequeña recibió una educación privilegiada en artes políticas y diplomáticas, idiomas, geografía, filosofía, música, literatura, entre otras.

De acuerdo con la investigadora y traductora alemana, Susanne Igler, la joven tenía “instinto de mando”, por lo que “superaba en energía y firmeza a Maximiliano en asuntos políticos”.

Ambos presidían grandes bailes y recepciones que se celebraban tanto en el Palacio Nacional como en su nueva residencia imperial, aunque cada día crecía el rechazo hacia su política imperial.

Pese a ello, Carlota aprovechaba los viajes de su esposo para apostar por proyectos para reformar México, tanto de aspectos sociales, de infraestructura como de caridad.

Fue así como decretó la Ley de Instrucción Pública que garantizaba la instrucción primaria gratuita y obligatoria, también fundó escuelas y academias como un conservatorio de música y una academia de pintura

Además, promulgó la abolición de los castigos corporales y una justa limitación de las horas de trabajo, así como el trabajo infantil; impulsó empresas como los ferrocarriles, el telégrafo y el transporte a vapor.

Entre algunos de sus proyectos se encuentra la vía ferroviaria de Ciudad de México al puerto de Veracruz y la construcción del Paseo de la Emperatriz, que posteriormente se convirtió en el Paseo de la Reforma.

La emperatriz también abrió guarderías, asilos y casas de cuna, gastó enormes cantidades de dinero en obras de caridad. Además, durante el conflicto entre el segundo imperio y la iglesia católica, negoció para que se rompiera definitivamente la relación entre el Estado y la Iglesia.

Algo que también se adjudica a Carlota es la creación de la Junta Protectora de las Clases Menesterosas, la cual protegía a los indígenas.

El final de Carlota como la primera mujer que gobernó México

Pese a los múltiples proyectos y emprendimientos, el imperio impuesto en México no contaba con cimientos sólidos para continuar en el poder, incluso Napoleón III comenzó a señalar su abandono a Maximiliano.

Lo anterior ocurrió a partir de 1866 cuando Francia se encontraba bajo la amenaza de Prusia, sumado a la presión de los Estados Unidos y especialmente las derrotas que sufrían frente a los guerrilleros de Benito Juárez, por lo que retiró sus tropas del país.

Esto representó un golpe fatal a la monarquía mexicana y el imperio se vino abajo. Maximiliano fue capturado y ejecutado en Querétaro a los 35 años de edad, el 19 de junio de 1867.

Por su parte, Carlota había emprendido el viaje meses antes hacia Europa para exigir el respaldo de Napoleón III y del papa Pio IX, quienes se negaron a escuchar sus súplicas.

Finalmente, la emperatriz comenzó a mostrar diversos comportamientos extraños que derivaron en un trastorno mental complejo a los 26 años. Encontró refugio en su vieja morada del Castillo de Miramar, donde fue recluida en un cuarto con barrotes y sometida a un “aislamiento total, agua helada e inmovilización”; finalmente falleció a los 86 en su natal Bélgica._ Con información de BBC y SciELO